miércoles, 7 de junio de 2017

CHOQUE DE TRENES



Eufemísticamente lo llaman choque de trenes, pero en realidad se trata de un choque de cabestros, mentalidades radicalizadas y fuertemente fanatizadas. Por un lado el nacionalismo españolista de un presidente del Gobierno que huye de los problemas domésticos y que no quiere ni oír hablar de negociar nada con los independentistas catalanes. Por otro el nacionalismo estelado de Puigdemont, que se cree con derecho a erigirse en salvador de una patria que para nada está oprimida ni humillada. No hay trenes de ningún tipo, solo malas cabezas, cornúpetas y ciegas, que van a llevarnos al desastre por el camino del sectarismo más rancio y trasnochado, la cerrazón patriotera y el falso mito. Ya se sabe lo que decía Machado: En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa.

El Tribunal Constitucional concluye que el Gobierno lavó la cara (y el bolsillo) a miles de delincuentes de guante blanco con la amnistía fiscal de Montoro y aquí no pasa nada. Nadie asume responsabilidades, nadie informa sobre qué va a pasar con las grandes fortunas que todavía no han aflorado. Ancha es Castilla. Tenemos un poder Legislativo incapaz de reprobar al ministro de inmediato, un poder Ejecutivo cómplice con el crimen organizado y un poder Judicial que se limita a cumplir con el trámite de decirnos que nos están engañando y robando el dinero. Es decir, tenemos un sistema ineficaz que deja que todo se pudra. Mucho más: un sistema que trabaja para la corrupción.

Ignacio Echeverría, el hombre de 39 años que estaba desaparecido desde el pasado sábado, cuando se produjeron los atentados yihadistas de Londres, es una de las ocho personas fallecidas, según ha confirmado el Gobierno británico. Ignacio fue el único que tuvo el valor de pararse a socorrer a una de las víctimas e incluso se enzarzó con uno de los asesinos golpeándole con un monopatín. Mientras todos corrían para refugiarse él decidió que lo justo era ayudar a alguien que lo necesitaba. Cualquiera de nosotros hubiera corrido para salvar la vida. Era lo lógico, algo humano y comprensible. Afortunadamente todavía quedan Echeverrías en el mundo. Dicen que fue un héroe. Y lo es con toda seguridad. O quizá solo fue un hombre que hizo lo que todos deberíamos hacer. Porque gracias a los pocos Echeverrías que aún caminan a nuestro alrededor, la civilización tiene un futuro. Y las bestias aún no han ganado la batalla.

El Santander compra por un euro el Banco Popular al borde de la quiebra, sin duda el mejor "botín" de toda su historia. De Guindos asegura que la maniobra se ha realizado sin usar fondos públicos, lo cual, dados los antecedentes, es como para echarse a temblar. En 2008 también nos juraron que jamás se haría un rescate bancario con dinero de los españoles y la factura ya nos ha costado 75.000 millones de euros. Una calderilla. De un Gobierno que miente todo el "rato" no se puede esperar más que una nueva mentira.

Viñeta: Igepzio

No hay comentarios:

Publicar un comentario