jueves, 22 de junio de 2017

DE PEDRO, PABLO, LAS PENSIONES Y MONTORO


"Para que nosotros gobernemos, necesitamos ponernos de acuerdo con el PSOE, y para que el PSOE gobierne necesita ponerse de acuerdo con nosotros", ha dicho Pablo Iglesias tras su reunión con Pedro Sánchez, en la que los líderes de ambos partidos buscan una "agenda común" para desmantelar las políticas del PP. Se han perdido meses muy valiosos, pero finalmente ambos han aparcado sus cuitas personales y se han puesto a trabajar. Pues bienvenido sea. Son más los puntos de coincidencia que las diferencias que los separan. Ni Podemos ni el PSOE deberían tener ningún problema a la hora de pactar una política económica común que ponga freno al capitalismo salvaje, que fije una renta básica para jóvenes, parados de larga duración y personas en riesgo de exclusión social y que frene los recortes y otros desmanes, invirtiendo en más y mejores servicios de calidad. Hoy el intervencionismo del Estado que garantice unos mínimos ciudadanos es más necesario que nunca. En la lucha contra la corrupción del PP también hay consenso entre ambas formaciones, así como en el objetivo de desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa, un presidente del Gobierno contaminado de escándalos que debería haber dimitido hace ya mucho tiempo. Otra cuestión distinta será el modelo de Estado, donde tanto Iglesias como Sánchez tendrán que ceder si quieren llegar a algún tipo de pacto. De cualquier forma, hay que aplaudir el paso en pos del entendimiento que han dado hoy, y que era absolutamente necesario. La izquierda de este país, desarbolada durante tanto tiempo, lo necesitaba como agua de mayo. Siguiente estación: un Gobierno de cambio y de progreso.

En 2011 la hucha de las pensiones contaba con 66.815 millones de remanente; hoy, la cifra apenas llega a los 11.602 y sigue bajando de forma alarmante. El Gobierno del PP se ha fundido ya más del 80% del fondo de reserva y ayer tuvo que inyectar un préstamo de 10.192 millones a la Seguridad Social para pagar las pagas extras sin agotar las existencias. En esto queda la tantas veces calificada como "brillante" gestión económica del PP, en eso queda el "milagro" de la derecha y sus cómplices las grandes multinacionales del Ibex 35. Un sistema público de pensiones en quiebra, un ministro de Hacienda reprobado por el Constitucional por su infame amnistía fiscal, un Estado de Bienestar completamente desmantelado. Y el dinero de los españoles que se ha evaporado con la corrupción y que sigue sin aparecer. Estará en cuentas privadas en Suiza, a buen recaudo, sin que nadie lo reclame. Pero tendremos que seguir tragando con que es la derecha la que sabe de números en este país.

Primero promulga una amnistía fiscal para salvar a los grandes defraudadores y ahora propone un acuerdo de todos los partidos para "prohibirla por ley"; primero le pone un cebo a los "pececitos" para que piquen y se vayan de rositas y ahora exige mano dura con ellos; primero dice que los socialistas son los que más defraudan al fisco y ahora reconoce que en todos los partidos cuecen habas, incluso en el suyo. Tendremos que dejar de llamarlo Montoro para empezar a llamarlo Momporro.

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