lunes, 12 de junio de 2017

DE IRENE MONTERO, PEP GUARDIOLA Y LA TIGRESA


Lo que Irene Montero le está diciendo hoy a la cara al presidente del Gobierno y a los diputados del Partido Popular resulta demoledor. Veneno puro, matarratas, ácido sulfúrico. Parece mentira lo contundente y eficaz que puede ser un simple relato de hechos: Ustedes tienen más imputados en sus filas que representantes en la Cortes; ustedes han pagado obras en la sede de Génova 13 con dinero de la mafia; ustedes, cuando se empezaban a conocer los escándalos, acusaban a la Policía y a la Fiscalía de organizar una trama contra el PP; ustedes han gobernado como en un episodio de Los Soprano; ustedes han impulsado una Justicia para la gente de abajo y otra para los amigos; ustedes están ahí sentados para hacer sus negocios mientras la gente sencilla lo pierde todo. Y concluye: "Devuelvan lo robado, hasta el último céntimo, señorías. Lo mejor que podrían hacer por España, además de dejar paso, es reponer lo robado a la Hacienda pública y pedir perdón". Montero, con su voz que parece dulce y aflautada pero que en realidad es una fusta dura y severa, está haciendo hoy lo que se debería haber hecho hace ya mucho tiempo: sacarle los colores a estos señores de traje y corbata que pertenecen a una organización criminal. La moción de censura estará perdida, pero al menos que las palabras decencia y verdad no dejen de escucharse nunca en el templo de la democracia.

Cuando vestía la camiseta de la selección nacional, Pep Guardiola no pensaba que España fuera ese país autoritario y opresor con el pobre y humillado pueblo catalán, y si lo pensaba se guardaba su opinión, sin duda por interés. Entonces levantaba los brazos con euforia y alegría, escuchaba el himno nacional con respeto y se metía en el bolsillo un buen puñado de millones españoles a los que no hacía ascos de ningún tipo. Su versión sobre esa España negra, opresora y autoritaria que expuso ayer en la lectura del manifiesto soberanista no se la tragan ni los fascistas que gobiernan en Finlandia (los únicos que en la comunidad internacional le siguen comprando el discurso victimista). Pedir ayuda a la comunidad internacional como si España fuera una especie de gran Israel que masacra palestinamente al pueblo catalán resulta tan pueril como ridículo. Cualquiera en este país todavía llamado España tiene el derecho a expresarse libremente y a defender sus ideas políticas, sean soberanistas o de cualquier otro tipo, y la prueba de ello es que ayer pudo decir lo que le vino en gana. Vivimos en una democracia, con sus defectos y sus virtudes, ni mejor ni peor que la de la mayoría de los países europeos. Afortunadamante no estamos en un estado policial opresor al estilo nazi, como ayer quiso pintar el bueno de Pep. Su discurso no solo fue falso y demagógico, sino injusto con un país cuya camiseta él defendió fervorosamente durante los años de vacas gordas. Claro que esos eran otros tiempos, cuando este país que ahora odia tanto lo hizo millonario por dar patadas a un balón.

Idoia López Riaño, 'La Tigresa', responsable de algunos de los atentados más sanguinarios de la banda terrorista ETA, ha salido esta mañana definitivamente de la cárcel después de cumplir 23 años de prisión. 23 años por 23 muertes, uno por persona. Ese es el precio del asesinato en España. Dicen que sale de la cárcel con la misma mirada fría y depredadora con la que entró. A partir de hoy será una ciudadana de pleno derecho.

¿Crisis? Será para algunos. En 2015, Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankia, Popular y Bankinter, los bancos del Ibex 35, ganaron 11.651,7 millones, un 8,1% más. En concreto, el Santander ha sido uno de los bancos que mejor lo han llevado en estos años de zozobra. La entidad vio cómo sus beneficios se recortaban en 2011 hasta los 5.351 millones de euros, un 35% menos que los 8.181 millones del año anterior. La caída fue algo más pronunciada en 2012, cuando la casa de los Botín generó ganancias por "sólo" 2.205 millones. Solo. ¿Pasarán hambre nuestros banqueros?

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