domingo, 27 de junio de 2021

EL DESHIELO


(Publicado en Diario16 el 17 de junio de 2021)

Todo son buenas noticias para el Gobierno de coalición. La campaña de vacunación contra el coronavirus avanza como un tiro, el histriónico montaje de Casado y Abascal contra los indultos va camino de quedar en nada y la UE acoge con satisfacción el plan Sánchez de recuperación económica, que ayer recibió un sobresaliente de la Comisión Europea (máxima puntuación en 10 de los 11 criterios que debía evaluar, lo cual no está nada mal).

Es evidente que el depresivo clima político que se ha vivido en los últimos años en España va quedando atrás, el optimismo empieza a cundir en la clase empresarial (ya se empieza a hablar de nuevos proyectos de inversión) y las familias, que han ahorrado todos estos meses y sienten deseos de consumir de nuevo, sueñan con unas vacaciones normales después de la pesadilla pandémica. Todo está preparado para que exploten los locos años veinte, para que corra el champán y para que la lujuria económica (y la otra) se apoderen de la sociedad tal como ocurrió en aquellos tiempos de entreguerras del siglo XX.

Hasta las relaciones entre España y Cataluña, que parecían en fase terminal, empiezan a recuperar el pulso, aunque débilmente. Un simple saludo de dos minutos como el de ayer entre el rey Felipe VI y el presidente Pere Aragonès, en el que estuvo presente la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, supone un paso de gigante. El tímido acercamiento tuvo lugar en el Hotel Vela con motivo de la Reunión del Círculo de Economía. La visita del presidente de Corea, Moon Jae-in, fue el pretexto perfecto. Y eso que Aragonès hizo todo lo posible para escabullirse entre la multitud y evitar la foto de familia. A primera hora, a las puertas del hotel, consiguió darle esquinazo al monarca. Después declinó la invitación para cenar con la comitiva de Zarzuela y solo le faltó encerrarse con pestillo en el cuarto de baño, alegando una indisposición, o ponerse el disfraz de palmera de Mortadelo para pasar desapercibido.

Toda maniobra escapista resultó inútil, el president de la Generalitat estaba pillado en la encerrona. Al final, llegado el momento de las presentaciones oficiales, no pudo esquivar al jefe del Estado por más tiempo y tuvo que dar la cara. Ese saludo de dos minutos puede significar el inicio de la reconciliación, el principio del diálogo entre España y Cataluña, el nacimiento de algo nuevo. Obviamente, a la CUP le faltó tiempo para colgarle el cartel de botifler en las redes sociales. Esta gente siempre triste y enconada va repartiendo carnés de buenos y malos patriotas de la misma manera que lo hace la extrema derecha española. A este paso, en aquella tierra todos van a terminar como traidores y solo un puñado de puristas y teóricos de la utópica Republiqueta podrán llamarse a sí mismos catalanes de pedigrí.

Por si fuera poco para Pablo Casado, el establishment financiero está por la labor de superar los años negros del procés. Javier Faus, presidente del Cercle de Economía, ha avalado los indultos a los líderes soberanistas como forma de buscar la solución del conflicto, la pacificación y el “encaje de Cataluña” en España. En esa misma línea, la medida de gracia a Oriol Junqueras y los suyos también ha sido bendecida por la banca (o sea La Caixa), todo un espaldarazo a la estrategia política del Gobierno. Hasta Garamendi, presidente de la patronal española, ha saludo los indultos y los ha calificado como “bienvenidos” si sirven para la normalizar la situación.

Por tanto, pese al empeño de los de siempre, los resentidos y ultras de uno y otro bando, nada parece poder frenar el impulso dinámico y energético que se extiende por todo el mundo. El escenario internacional añade un plus más de optimismo. Biden y Putin han sellado la paz fría, el deshielo entre ambos bloques, abriendo una nueva etapa de esperanza en la reconstrucción del planeta, agonizante por culpa del cambio climático. Más allá de cuestiones domésticas y localistas, ese es el mayor desafío al que se enfrenta la humanidad. Sin regeneración ecológica, sin cambio de modelo productivo, en definitiva, sin transición verde, no hay nada, ni siquiera la futura independencia de Cataluña. Soñar con una república de tierra quemada, desértica, contaminada e infectada de virus no tiene demasiado sentido.

Mal que le pese al presidente del PP, los vientos soplan favorables para el Gobierno sencillamente porque Sánchez está apostando por la racionalidad y el entendimiento mientras PP y Vox siguen enrocados en el boicot a los indultos, la crispación, el resentimiento y las maniobras filibusteras letales para el país. Se les llena la boca de España y no hacen más que destruirla. Se jactan de ser los más patriotas de todos y cada cosa que hacen y dicen no es más que estéril retórica, demagogia patriotera y una palada más de tierra sobre el anhelo de paz y reconciliación de la inmensa mayoría del pueblo español.

El respaldo contundente que ayer ofreció la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al plan de recuperación económica español es una derrota sin paliativos de Casado, que en el último año de pandemias había hecho lo posible y lo imposible para que Bruselas no concediera los 140.000 millones en ayudas a nuestro país. Ver cómo a la señora Ursula, institutriz del club europeo y supervisora de la UE, se le cae la baba con los deberes bien hechos de los economistas de Moncloa es la peor derrota del PP. “España saldrá de la pandemia más fuerte que nunca gracias al Plan de Recuperación”, sentenció doña Ursula mientras aplaudía a rabiar y ensalzaba la labor y el esfuerzo de España. Chúpate esa Casado.

Viñeta: Pedro Parrilla

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