sábado, 8 de junio de 2019

VALLS


(Publicado en Diario16 el 27 de mayo de 2019)

Manuel Valls amenaza con irse de Ciudadanos si Albert Rivera decide pactar con Vox los gobiernos municipales y autonómicos tras el 26M. El ilustrado político francés no quiere mancharse las manos con el virus ultra verde y ya está haciendo la maleta para retornar a la república de la liberté, égalité, fraternité, donde por cierto han arrasado los populistas de Marine Le Pen en las elecciones a la Eurocámara. Allí tiene trabajo si quiere frenar al “tecnofascismo” que ha invadido Europa de la mano de las redes sociales. Por eso quizá, tras analizar los resultados de ayer en clave de fracaso, Valls esté pensando que nunca debió haber salido de los Campos Elíseos.
El aspirante a alcalde barcelonés por Ciudadanos aterrizó en Cataluña con la vitola de gran salvador del constitucionalismo español frente al independentismo rampante. Sin embargo, ha cosechado un mal resultado. Aunque ha mejorado con respecto a los últimos comicios (20.000 votos más y un concejal) ha quedado de manifiesto que no hacía falta traer a todo un primer ministro galo a España para tan pírrica victoria. Él mismo ha llegado a admitir que ha “fracasado” en su intento de frenar al independentismo de ERC y al “populismo” de Colau.
Tras reconocer la derrota, el candidato a la Alcaldía de Barcelona lanzó un aviso a navegantes para todo aquel que en Cs tenga la peligrosa tentación de pactar con Abascal. En una de sus primeras comparecencias tras la larga noche electoral, el ex primer ministro francés aseguró que cualquier acuerdo con Vox “sería un motivo para romper con un partido”. De esta manera, Valls no solo advierte ante un plan maquiavélico de Rivera para sumarse a un trifachito en el Ayuntamiento de Madrid y en el gobierno de esa Comunidad Autónoma, sino también en otras regiones y municipios del país.
Valls ha perdido su pulso con Ada Colau y el soberanismo, lo cual demuestra que los catalanes no se han tragado el cuento del francés que viene a tierras españolas a poner orden, como en los tiempos de Napoleón y Pepe Botella. Pero si su discurso antiindepe no ha cuajado, tampoco lo ha hecho su mensaje para acabar con la inseguridad en las calles de la Ciudad Condal, para mejorar la calidad del aire y para potenciar la vivienda de protección oficial. El experimento de Valls el socialdemócrata en un partido claramente de derechas ha terminado en fiasco porque cantaba demasiado. Nadie se explicaba qué demonios pintaba este hombre en una formación que, como la cabra, tira al monte, es decir, tira hacia la extrema derecha, como demostró la foto de Colón y el abrazo de San Telmo.
El candidato naranja ha pinchado en hueso en Cataluña, pero ahora podría hacer un último favor a la democracia: cumplir su promesa y dimitir si Ciudadanos consuma pactos infames con los ultraderechistas. Habrá que esperar para ver qué Albert Rivera se encuentra Valls la próxima vez que se reúna con él: si el moderno liberal que apela al centro derecha a la europea o el falangista tapado que no duda en abrazarse con los neofranquistas de Vox, bien por cálculo electoral o porque realmente le va la marcha y el himno de la Legión.

Viñeta: Iñaki y Frenchy

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