miércoles, 19 de abril de 2017

DE CHACÓN, MARHUENDA Y LOS REFUGIADOS




Embarazada y pasando revista a las tropas. Así recordaremos a Carme Chacón, la primera mujer que puso firme al Ejército. Fuerte y sensible, valiente y templada, íntegra e inteligente, tenía un coraje que impresionaba y un estilo político a la europea, algo que no abunda en este país. Como ministra de Defensa, fue la pionera que rompió el techo de cristal en los cuarteles. Después de Chacón cualquier mujer puede llegar a general. Tenía el corazón al revés, un corazón dolorido y sufriente que latía débilmente, pero con sinceridad. Quizá por eso no era como los demás políticos que parecen tener el corazón de piedra. Adiós Carme.

Paco Marhuenda, director de La Razón, investigado/imputado por obstrucción a la justicia y coacciones en el 'caso Lezo'. El director de La Razón, según su entorno, admite haberse "interesado" por la situación de Rodríguez Sobrino, uno de los ahora detenidos, pero nunca haber "presionado" a nadie, y menos a Cristina Cifuentes. Ahora se entiende todo. Ahora se entienden aquellos alegatos de enamorado en defensa de Rajoy en La Sexta Noche. Queda confirmado lo que todos ya sabíamos: su falso periodismo de estómago agradecido, su tibieza a la hora de criticar la corrupción del PP, su estilo pelota, mediocre y chusco. Tras sus trajes caros y flequillito de niño repipi de colegio mayor no había más que eso: un adulador de baja estofa, un vocinglero que agitaba las aguas turbias para esconder la verdad, un palmero que reía las gracias a los pajarracos corruptos de este país. Un limpiamanteles al servicio de su amo. No sabemos si estaba o no en el ajo. Eso lo dirán los jueces. Pero las máscaras siempre terminan cayendo.

El Partido Popular propone acoger a los refugiados cristianos que huyen de Oriente Medio. Solo a los cristianos. La derecha se jacta de ir a misa todos los domingos pero resulta más que evidente que no termina de entender el mensaje de ese hombre al que unos fanáticos clavaron en la cruz por defender la esencia del ser humano. De todo ser humano. Han debido saltarse algunas lecciones, ellos que son tan creyentes y tan católicos. Ahora que se acerca la Semana Santa sería un buen momento para que refrescaran el catecismo, porque por lo visto no han entendido nada.

El Gobierno español considera "proporcionado" y "medido" el ataque con misiles llevado a cabo esta noche por Estados Unidos sobre Siria, una operación militar unilateral sin mandato de la ONU. Las sanciones contra Bachar El Asad por emplear gas químico sobre la población civil deberían ser adoptadas en el marco de Naciones Unidas pero Mariano Rajoy ya se ha saltado ese pequeño trámite para ponerse al lado del matón Trump. Nuestro presidente debe pensar sin duda que alinearnos con el régimen neofascista de Trump nos sitúa de nuevo en el mapa, como en su día lo pensó también Aznar prestando apoyo a Bush. Así que volvemos al papel de país pequeño, de estado lacayo, servil y cómplice en los crímenes que pueda ordenar la superpotencia gobernada por el demente y racista magnate. España es un país que siempre yerra en su política internacional. Una vez más, lo ha vuelto a demostrar.

Viñeta: Igepzio

domingo, 9 de abril de 2017

EL PSOE DESCAFEINADO



(Publicado en Revista Gurb el 31 de marzo de 2017)

La presentación de Susana Díaz como candidata a las primarias del PSOE fue multitudinaria como la boda de una reina. Allí estaban todos, no faltó ni El Tato. Estaba el tahúr Felipe González soltando sus faroles manidos de siempre, estaba Zetapé certificando el pedricidio, eso sí, con mucho talante, y estaba el místico Bono, destilando sus sermones evangélicos sobre el socialismo. Y por supuesto, allí estaban Guerra, Rubalcaba, la Chacón, Madina, García-Page, Ximo Puig… en fin, todos los que, siendo barones o hembras, dando por vencedora a la sultana andaluza, tomaban ya posiciones y anticipaban lo que vendrá después, o sea esa costumbre tan española de pedirle al padrino que se acuerde de uno, en este caso la madrina, o sea el “qué hay de lo mío” de toda la vida. No era el momento de hablar de puestos para el futuro, eso hubiera sido de mal gusto, pero sí de mostrarse muy seguro, triunfante, sonriente y sobre todo muy íntimo de Susana, eso que no faltara. La política es el arte de estar en el lugar acertado en el momento justo y si había que tomar un AVE desde Sevilla para ir a Madrid se tomaba, si había que meterse cuatro horas de carretera entre pecho y espalda pues carretera y manta desde Valencia y si había que pillarse un billete low cost en Ryanair desde Vitoria qué se le iba a hacer, otro viaje se haría en clase business. Había que estar allí como fuera, con ella, con la diosa fecunda y fértil del Guadalquivir, no solo porque el que se mueve no sale en la foto, sino para que se viera y constara en acta que uno estaba muy lejos de Pedro, a muchos kilómetros de distancia del sanchismo irredento, casi tan lejos como de la Tierra a la Luna. Todos cerraron filas con Susana para que se notara que uno estaba donde tenía que estar, para que quedara clara evidencia de a qué caballo ganador apostaban (en este caso a qué yegua ganadora) y para que luego no hubiera ningún tipo de ambigüedad, de sospecha, de mal entendido. Ya se sabe lo que dicen los westerns: En mitad del río no cambies de caballo. Susana estuvo más Susana que nunca, es decir, el PSOE es musho PSOE, cien por cien PSOE, todos unidos a coser el partido y milongas por el estilo. El discurso vacío del nuevo socialismo light bajo en calorías marxistas.
Planeó durante todo el acto el fantasma del muerto que sigue vivo, del asesinado coleante, del depuesto Sánchez que a esas horas se reunía en Valencia con sus fieles allegados, los que le siguen al destierro como siguieron al Cid, hasta el final y más allá. Don Rodrigo Díaz de Vivar tenía a su fiable Babieca, Sánchez solo tiene un diesel que gripa cada dos por tres en su road movie por las casas del pueblo de toda España, pero el hombre se apaña con lo que tiene. Esa es la izquierda real. El acto de Susana fue la fiesta de la biuti del socialismo español, los latifundistas, terratenientes, marchantes de las puertas giratorias, inversores, exportadores de éxito y emprendedores con intereses varios en paraísos fiscales. Al acto de Sánchez fue la tropa de abajo, los machacas que apuntalan el partido desde hace 138 años, los socialistas de andamio, es decir el parado de larga duración, el confuso, el perdedor, el indeciso, los apaches de las reservas industriales del socialismo, los descamisaos que decía el Guerra –el de los buenos tiempos, no esta caricatura difusa de hombre–, el abstencionista que unas veces, por inercia, vota PSOE, y otras, por resabio y hastío, se le va la mano subconsciente y traicionera a la izquierda, o sea a la papela peligrosa de El Coletas. La puta base, en fin. Patxi también presentó su lista alternativa, pero no fue ni Dios, así que de Patxi ya hablaremos otro día.
Fue el fin de semana de un PSOE que es como Jekyll y Mister Hyde, un PSOE cada vez más intrascendente que vive trinchado entre el Rajoy más socialdemócrata que se recuerda (hasta piensa en subirnos los impuestos) y el podemismo rampante, un PSOE instalado en la paranoia de que el enemigo ya está en casa, dispuesto a volar Ferraz por los aires, apostado y emboscado como un nazareno morado de Podemos, y perdonen el símil malo de Semana Santa. Fue el día en que quedó claro que de ese partido solo quedan las siglas históricas, como le ocurre al resto de la socialdemocracia europea, que ha perdido los papeles y anda indocumentada y desarbolada. El PSOE se ha quedado sin negocio y eso que tras la crisis hay más clientela que nunca, o sea más pobres y desahuciados. Pero ahí siguen, en sus primarias y trifulcas, en sus juegos florales con pétalos de rosa marchita y eslóganes antiquísimos que huelen a alcanfor y naftalina. Así van: juntos en el odio fraterno e íntimamente enfrentados. Juntos hasta la derrota final.

Viñeta: El Koko Parrilla y Elarruga

EL JUGLAR INCÓMODO

(Publicado en Revista Gurb el 30 de marzo de 2017)

Odiado por el nacionalista español, por el independentismo catalán de derechas y de izquierdas, por la izquierda radical, por los católicos y por algún que otro enemigo del negocio del teatro, que también habrá ido dejándose por el camino, Albert Boadella (Barcelona, 1943) sigue siendo un espíritu librepensador tan inclasificable como irredento y original. Desde aquellos tiempos del tardofranquismo, cuando fue condenado por un consejo de guerra y protagonizó una fuga de película, Boadella ha sido un azote del pensamiento único y de lo políticamente correcto. "Bueno, ser odiado es el precio de decir lo que uno piensa. El precio de la libertad. Y esa posición me gusta, me siento cómodo", asegura el dramaturgo y actor. Tras su aventura formidable con Els Joglars, una compañía ya mítica de nuestro teatro contemporáneo, fue fundador de la plataforma política Ciudadanos, aunque últimamente ya no se habla con Albert Rivera. "Es un hombre que no escucha, no creo que le interese lo que pueda decirle". Finalmente, ha decidido abandonar Cataluña e instalarse en Madrid, desde donde sigue lanzando sus dardos envenenados contra el independentismo catalán. "En Cataluña hay una epidemia colectiva provocada por el odio al vecino", asegura.

Entrevista completa en Revista Gurb

EL CRIMEN DE CASSANDRA

 
(Publicado en Revista Gurb el 31 de marzo de 2017)

La condena de un año de cárcel contra Cassandra Vera, la tuitera que bromeó con el atentado de Carrero Blanco, es una muestra más de lo perniciosa que ha sido la última reforma de la ley de seguridad ciudadana, la conocida como Ley Mordaza. La sentencia no solo es absurda, sino cruelmente desproporcionada, ya que condena a una joven estudiante a perder su beca, a no encontrar trabajo en el futuro, ya que estará marcada para siempre en su certificado de penales, y a arrastrar hasta el final de sus días la mancha injusta de alguien que sin serlo ha sido tratada como una terrorista, tal como ha asegurado la propia muchacha tras conocer el fallo. Sin duda, lo que se hace con esta chica es condenarla a la muerte civil, además de que ha sido utilizada como chivo expiatorio para dar un escarmiento y advertir al resto de la población de que la fiesta de la libertad de expresión se ha terminado. Y todo por unos simples tuits. Todo por atreverse a hacer humor y sátira –un derecho reconocido a cualquier persona en una sociedad democrática–, con un personaje del franquismo que murió hace cuarenta y cuatro años y que dicho sea de paso, con sus políticas totalitarias llevó un sufrimiento inmenso y nefasto a buena parte de la sociedad española. El crimen de Cassandra ha sido decir que "Henry Kissinger regaló a Carrero Blanco un trozo de luna y ETA le pagó un viaje a ella" o "Spiderman versus Carrero Blanco". Según la Audiencia Nacional, tales frases, acompañadas en ocasiones de "elocuentes imágenes", refuerzan "aún más su carácter de descrédito, burla y mofa" a una víctima del terrorismo, por más que el atentado contra el expresidente del Gobierno tuviera lugar en 1973, puesto que "la lacra del terrorismo persiste".
La sentencia, que algunos juristas de reconocido prestigio ya se han apresurado a calificar de "disparate jurídico", avala la teoría de que en la judicatura española persisten tics de otros tiempos que deberían estar felizmente superados y abre inquietantes incógnitas. ¿En qué lugar deja esta polémica sentencia a la democracia española? ¿Qué imagen daremos los españoles al resto del mundo cuando el recurso de apelación de Cassandra llegue al Tribunal de Estrasburgo y la sentencia sea corregida, como no puede ser de otra manera? Sin duda, la de un país que no ha superado aún la sombra negra de cuarenta años de dictadura, la de un país donde la libertad de expresión parece cada vez más amenazada, la de un país donde soltar chistes con personajes históricos supone un pasaporte directo para la cárcel. Pero además, la resolución de la Audiencia Nacional abre otras cuestiones preocupantes. ¿Qué va a pasar a partir de ahora con los periodistas que cumplen no solo con su función de informar, sino con la de transmitir una opinión libre y legítima a la sociedad? ¿Tendrán que aplicarse ellos mismos el cilicio de la autocensura para no herir la sensibilidad de los familiares de un dictador y terminar sentados en el banquillo de la nueva Audiencia Inquisicional? Pero es que además, detrás del silencio que se autoimpondrán los periodistas tras empezar a sentir en su piel el miedo a la querella de la Fiscalía, detrás del temor que les obligará a atemperar, suavizar y modular sus palabras y sus discursos hasta hacerlos inocuos e inofensivos para el poder, llegará la hora de los artistas. ¿Podrá un novelista, un dramaturgo o un cineasta dar rienda suelta a su creatividad, sin límites ni cortapisas, como debe suceder en cualquier país democrático? ¿Se repetirán nuevas sentencias contra simples titiriteros por poner en escena una función crítica y satírica con el Gobierno?
 

El miedo es libre, decía el filósofo, pero el miedo termina calando en una sociedad e incluso llega a ser contagioso, como en aquella novela de George Orwell, 1984, donde los ciudadanos son controlados por un Gran Hermano que todo lo ve, donde los medios de comunicación son sometidos y reducidos a la mordaza, y la cultura, sobre todo la más incómoda para el poder, totalmente proscrita y abolida. No estamos muy lejos de la utopía distópica que plantea Orwell en su magnífica novela, ni de la peripecia de Winston Smith, el protagonista de la historia que decide rebelarse contra un Gobierno totalitario que ha instaurado una Policía del Pensamiento para controlar cada uno de los movimientos de sus ciudadanos y que castiga incluso a aquellos que delinquen solo por el mero hecho de atreverse a pensar por sí mismos. Tras esta sentencia que condena a prisión a una tuitera no estamos ya ante un escenario futurista, ni ante exageraciones de agoreros apocalípticos y pesimistas. La libertad de expresión en España está seriamente amenazada, como han concluido respetados organismos internacionales, y hoy la caza de brujas se dirige contra el ciudadano que escribe cuatro tuits inofensivos y después se dirigirá contra el periodista que publica una columna sarcástica de opinión y más tarde el peso de la mordaza caerá sobre los artistas porque qué es eso de ejercer la sátira y la ironía.
Con todo, lo más indignante no es que los mismos políticos de la derechona española que en su día se rasgaron las vestiduras con los atentados de París y que incluso se pusieron al frente de la manifestación, sujetando muy dignamente la pancarta de Yo soy Charlie Hebdo, aplaudan hoy este fusilamiento judicial contra una muchacha que pensaba ingenuamente que vivía en un país de libertades cuando no era así, una joven que está empezando a vivir y que a partir de ahora deberá arrastrar una mancha tan injusta como indeleble. Si se está a favor de la sátira como medio vehicular de la libertad de expresión y de contrapeso político se está con todas las consecuencias. Lo contrario es caer en la hipocresía y la demagogia. No se puede ser solo un poco demócrata. O se es o no se es. Alguien no es un auténtico demócrata mientras no tolera el derecho del otro a emplear contra él la sorna, la mordacidad y la sátira, aunque resulte hiriente, tenga razón o no. Ahora la derecha cavernaria justifica la sentencia contra Cassandra alegando que sus tuits eran de “mal gusto”. Pero contra gustos no hay disputas, como cantaba el maestro Serrat. Por la peligrosa senda que ha abierto la Audiencia Nacional de prohibir el humor y la sátira con un personaje histórico que fue asesinado hace ya más de cuatro décadas, y cuyo pensamiento político totalitario no solo es para hacer humor con él sino para echarse a llorar, llegaríamos al disparate de tener que condenar a alguien por calificar a Felipe II de beato meapilas, o por llamar inútil incompetente a Fernando VII o por tildar a la fogosa Isabel II de “zarina follarina”. No sabemos si mañana nos encontraremos con una querella de la Fiscalía por hacer un chiste malo con aquella monarca ibérica del siglo XIX cuya lista de amantes era más larga que la de imputados del PP y su ardor sexual, más poderoso que la radiación de Fukushima, conocido en toda España.
Francisco Umbral, uno de nuestros grandes columnistas, maestro de la ironía y la sátira, dedicó algunas columnas a Carrero Blanco, líneas tan sutiles y brillantes como estas: “Sí que sería el momento de explicar políticamente biografías tan levantadas como la de Carrero”. O esta otra: “Todavía el último documento producido por Carrero Blanco, otro gran ojeador de masones, lo llevaba consigo, cuando le volaron los papeles, con él incluido”. El maestro Umbral tuvo la suerte de vivir en una España en libertad donde se podía decir casi cualquier cosa. Hoy parece que los tiempos han cambiado. Hoy nos acercamos más al 1984 de Orwell.

Viñetas: La Rata Gris y El Petardo

RITA, INDULTADA


(Publicado en Revista Gurb el 20 de marzo de 2017)

Así como el Cid Campeador ganó una batalla después de muerto, la malograda Rita Barberá se ha cobrado su última victoria desde el más allá, aunque haya tenido que ser en forma de ninot indultado. Ahora sí, ya nadie podrá decir que ella fue culpable de nada. El pueblo la ha perdonado.
Pasaban unos minutos de la hora bruja, todo estaba preparado para que ardiera la falla Ausias March-Na Robella. Los castillos apuntaban hacia el cielo estrellado, los coloridos masclets pendían de un hilo y el maestro pirotécnico, como el fiscal más implacable del Tribunal Supremo, estaba presto a prenderle fuego a todos los ninots, incluido el de Rita. Una auténtica tragedia que muchos valencianos no estaban dispuestos a tolerar. ¿Es que nadie iba a mover un solo dedo para salvar de la quema a la dama del Turia? ¿Es que nadie iba a hacer nada para que la gran arquitecta de la Valencia del pelotazo saliera viva de ese corredor de la muerte que para un pobre ninot es una falla en combustión? Se mascaba la tensión mientras allí estaba ella, escayolizada y acartonada, como un muñeco más, con su eterno vestido rojo, su collar de perlas y su bolso carísimo de Louis Vuitton, ascendiendo a los cielos valencianos sobre la cabeza del mismísimo Fidel Castro, que desde abajo parecía mirarla con resignación mientras él se hundía en el infierno por rojo y masón. Altiva y orgullosa, a Rita solo le quedaba esperar que se cumpliera su triste destino, la sentencia cruel que cada año impone su ley en la noche josefina del fuego: ser quemada como una nueva Juana de Arco de la derechona patria. La imagen totémica y omnipresente del ninot de Rita, su sonrisa sardónica y poderosa, ponía los pelos de punta a más de un asistente a la cremà. Al ninot, pleno de expresividad, solo le faltaba hablar con aquella voz de sargentón cabreado que acollonaba al personal en los pasillos del Ayuntamiento. Por un instante parecía como si Rita fuera a recobrar la vida para empuñar el bastón de mando y poner firme a más de un Judas que la ha vendido tras su muerte. Todos la veían ya resucitando, saltando de la falla como un ninja, poniéndose a tirar petardos como una alegre colegiala y dándolo todo en la disco móvil.  Así era ella. "Es como si todavía estuviera viva, no me puedo creer que ya no esté con nosotros, con lo que la quería la gente", decía una fallera resignada y compungida, sin duda fan de la alcaldesa, poco antes de empezar a arder el monumento. No muy lejos de la chica, cruzado de brazos y con mirada huraña, estaba un muchacho, también fallero, pero de ideas bien distintas: "Con lo que ha robado esa y aún hay gente en Valencia que la defiende. Es increíble".
Resultaba evidente que, una vez más, el pueblo estaba dividido: barberistas a un lado y antibarberistas al otro, fieles contra detractores, peperos contra podemitas, las dos Españas falleras, en fin. Y entonces, justo cuando la suerte parecía echada, justo cuando ya estaba claro que ni Génova, ni Aznar, ni su buen amigo Margui, ni la Virgen de los Desamparados, ni nadie iba a acudir en su ayuda para rescatarla del abrazo mortal del fuego eterno, llegaba la mano inocente y salvadora de María Jesús Sevillano, la hermosa fallera mayor de Ausias March-Na Robella, a la que se le había concedido la gracia de indultar a uno de los ninots. Con lágrimas en los ojos, la reina de la fiesta se acercó al monumento y majestuosamente y señalando con el dedo índice dijo: "Quiero salvarla a ella, a Rita". Y entonces, en ese trance místico, casi milagroso, parte del público rompió en gritos emocionados y aplausos que hubieran ahogado el sonido de la mascletá más atronadora.
Casi al instante, un operario provisto de un carrito de Mercadona (tenía que ser Mercadona) se acercó a la falla, arrancó de cuajo a la robusta alcaldesa y con gran esfuerzo, porque pesaba como muñeco lo mismo que como persona, la metió en el improvisado vehículo metálico, que no sería un Audi, ni el coche oficial que la llevaba cada día a la pelu, pero que cumplía perfectamente con la función de salvamento y rescate de la inmortal edila. El operario, empujando el carrito de la compra, el Rita-móvil, cruzó la calle entre la muchedumbre, que seguía jaleándola y aplaudiendo a rabiar (aunque otro sector la abucheaba, eso es cierto) e introdujo el cuerpo de la indultada en el solitario casal fallero, último y frío retén antes de pasar a manos de la Justicia divina, y allí estuvo toda la noche entre tristes cajas de cartón, estandartes de viejas glorias y pasacalles y algunas botellas de whisky ya vacías. Quién pudiera echarse un traguito al coleto y ponerse piripi por fallas, como en los viejos tiempos, debió pensar la Rita-ninot tras pasar por el mal rato de haberse visto en el cadalso, más quemada que su amiga Espe Aguirre. Al operario, antes de salir del casal, se le escuchó decir, no sin cierta acritud: "Por mí, que la echen al fuego". No tenía el carné del PP, precisamente. Y así fue cómo la alcaldesa se salvó de la última quema. Esta vez el peligro no le había llegado por el flanco de la Audiencia Nacional, ni por las confesiones de los de la Gurtel, ni siquiera por sus pitufos que siempre se van de la lengua, sino por lo que ella más amaba en el mundo: una buena cremà de fallas como Dios manda que había estado a punto de chamuscarle el cardado.
Mientras el ninot de Rita reposaba, ya a salvo de las llamas, en el interior del casal, María Jesús Sevillano, que es nacida en Ciudad Real, todo hay que decirlo, aseguraba satisfecha: "Desde que vi ese ninot en la ciudad fallera me enamoré de él. Y me dije: este para mí. No lo he indultado por ideología política, simplemente porque me gustó. Ya sé que es un ninot muy grande, pero no me importa, tengo sitio suficiente para tenerlo en el salón de mi casa".
Curiosamente, la falla de Ausias March-Na Robella ha sido la única que este año se ha atrevido a romper el luto y a hacer sátira con la imagen de Rita. Toni Fornes, el artista fallero que ideó y fabricó el ninot, explicaba su creación artística en una reciente entrevista: "He querido escenificar las ascensión de Rita a los cielos. Irá sobre una nube y con un bolso de Louis Vuitton. En la nube habrá varias gaviotas que están dándole la espalda". Y añadió: "En la parte inferior está representado el infierno, de donde asoma la figura de Fidel Castro, y él le dice a ella que baje donde está él, que hace caloret". Fornes tiene experiencia en polémicas falleras, ya que en el año 2006 ideó un conjunto de ninots formado por unas monjas que quedaban sorprendidas ante un gran consolador. Alguien, la Iglesia o quién sabe si los de Hazte Oír, que siempre están al acecho y no pierden comba para liarla parda, debió protestar por aquello y el lujurioso aparato fue inmediatamente sustituido por un respetuoso cirio pascual. La explicación que dio la Junta Central Fallera fue que esa supervisión, que no censura, se hizo para "mantener el buen gusto" de la obra. Finalmente, la falla de Ausias March ardió en medio de la noche salpicada por luces de colores, como no podía ser de otra manera. Fidel Castro, Mariano Rajoy y otros políticos que habían sido representados como ninots terminaron reducidos a vulgares cenizas. Calcinados, abrasados, chuscarrados. Todos menos ella. Todos menos Rita. Porque para muchos valencianos, quizá una legión, Rita es inmortal y siempre será la diosa madre del caloret.

martes, 4 de abril de 2017

DE PEDRO ANTONIO, LA LEY MORDAZA Y ETA




La dimisión de Pedro Antonio Sánchez ya ha sido analizada por Loli Cospedal. "Lo han imputado por un delito de pensamiento", dice la señora ministra. Por pensamiento, palabra, obra y omisión habría que decirle a doña señora Finiquito en Diferido, ella que es tan devota de misas y procesiones, ya que según la Fiscalía había contratos supuestamente amañados, sobrecostes en la obra del Auditorio y procedimientos irregulares. El pensamiento más ambicioso de Pedro Antonio se había hecho realidad.

El juez de la Púnica pide al TSJ de Murcia que investigue a Pedro Antonio Sánchez por tres delitos. Si el presidente murciano no se acordaba de que tenía que dimitir, ahora ya no tiene excusa. El magistrado Eloy Velasco le ha refrescado la memoria.

Atentado en San Petersburgo: 10 muertos y 40 heridos en una explosión en el metro. Es un infierno, dice un superviviente. ¿Pero quién ha sido? ¿Quién reivindica esta nueva matanza? ¿Por qué? ¿Para qué? El horror ya ni siquiera lleva firma. Es el terror por el terror. La barbarie por la barbarie. La locura suprema y sin sentido del ser humano.

Dentro de unos días, Noruega dará comienzo a su tradicional campaña anual de caza de la ballena, según ha denunciado en las últimas horas la organización Avaaz, que defiende los derechos civiles en todo el mundo. Japón, Islandia y el país escandinavo son los tres estados balleneros que continúan con su actividad comercial contra este animal protegido, lo que ha levantado airadas protestas de la comunidad internacional. Pese a los anuncios de ceses y moratorias, lo cierto es que la caza indiscriminada continúa. En octubre del pasado año la Comisión Ballenera Internacional (CBI) volvió a rechazar la creación de un santuario ballenero en el Atlántico, una propuesta que partió de los países del hemisferio sur como Argentina, Brasil y Uruguay.

El Parlamento rechaza la ley mordaza. Toda la oposición unida, que ha tachado esta ley de impopular, injusta y paranoica, ha derrotado a Rajoy una vez más. De esta manera, el Gobierno tendrá que sentarse a negociar los artículos más polémicos, que han supuesto un recorte a la libertad de expresión. Dos años después de su aprobación se abre el trámite para derogar una de las leyes más nocivas de la democracia, una mordaza que pretendía silenciar al ciudadano en sus manifestaciones, a los sindicalistas y a los medios de comunicación.

El anuncio de ETA de que entregará todo su arsenal en las próximas semanas es una gran noticia para todos. Durante cuatro décadas la banda sembró de terror y de muertos este país. Varias generaciones de españoles vivirán para siempre con el negro recuerdo de los tiros en la nuca, los coches bomba y los secuestros y extorsiones. Hoy, afortunadamente, todo eso ya es historia. Nos hemos librado de la pesadilla. Las ideas políticas se defienden en las urnas, algo que parece de perogrullo pero que a los demócratas nos ha costado hacérselo entender a los violentos. Un precio muy caro: mil muertos, cientos de mutilados y decenas de familias rotas. Es día para recordar a los que fueron asesinados por defender la libertad. Y de mirar al futuro.

Viñeta: L'Avi