domingo, 28 de junio de 2015

MACARTISMO EN MADRID

(Publicado en Revista Gurb el 19 de junio de 2015)

Parece que el Gobierno, aterrado por el descalabro electoral que se le viene encima en las próximas generales, ha iniciado una frenética caza de brujas contra el rojo ateo y masón. Primero fueron los tuits ciertamente racistas del delegado de Cultura Guillermo Zapata y ahora la han tomado con la joven Rita Maestre, la portavoz de Manuela Carmena, esa hada madrina que se ha aparecido a los desarrapados de Lavapiés para traerles techo y comida. Lo de los chistes antijudíos y contra las víctimas del terrorismo del tuitero Zapata, que ha provocado una guerra civil entre las dos Españas en las redes sociales (hoy las guerras civiles se hacen por ordenador, que es más limpio y civilizado) ya está solucionado, listo y finiquitado. Tenía que pedir perdón por su grave error, como así lo hizo, y poner su cargo a disposición de Carmena, cosa que le honra, no solo porque ha demostrado una honestidad intachable, sino porque le ha dado una lección de ética política a los señores de la derechona, aunque ellos no sepan muy bien qué es eso de la ética. Y no lo saben porque sin duda debieron saltarse ese curso tan necesario, que iba entre la clase de evasión de capitales y la de falsificación de documentos, allá en el Liceo suizo/francés, el colegio al que van los niños biuti. Ha sido lamentable que Zapata, que por cierto se da cierto aire a Stanley Kubrick, no actuara con la inteligencia y racionalidad del gran cineasta americano. Pero así es la política, una selva salvaje donde solo sobrevive el más astuto.
Otra cosa muy distinta es lo de Rita Maestre, la activista que participó en una acción juvenil hace cuatro años. La joven tomó la capilla de la Complutense junto a otras compañeras jacobinas, que decidieron airearse el tetamen como forma de protestar contra el hecho de que un templo católico siguiera abierto en una institución pública como es la Universidad. Una causa tan justa como lógica y racional. El Gobierno de Rajoy ha querido vendernos esta acción de protesta como un nuevo episodio de la quema de conventos del 36. Solo que las chicas no eran peligrosas anarquistas, ni quemaron nada, ni violaron a ningún cura (ya quisieran ellos) ni prendieron la mecha de la revolución bolchevique. Se limitaron a efectuar una protesta pacífica, a enseñar un poco de carne, eso sí, con el consiguiente escándalo de los beatos y beatas que allí se encontraban, y a soltar unos cuantos eslóganes como: "El Papa no nos deja comernos las almejas", o "arderéis como en el treinta y seis". Ese fue todo el crimen contra la humanidad que las alegres activistas cometieron aquella mañana tan terrible. Y por esa chiquillada la Justicia pide para Rita Maestre la friolera de un año de prisión, una pena que no pagarán muchos sobornados y comisionistas pringados por el clan Gurtel. Más daño que un delincuente hace un mal juez, decía Quevedo, y la Justicia últimamente no deja de montar estropicios. Hasta el arzobispo de Madrid, monseñor Osoro, hombre comedido y cabal, ha defendido los pecadillos y locurillas de juventud de una niña que solo quería contribuir a hacer un mundo más justo y solidario. ¿Quién no ha pasado por esa fase de rebeldía púber, esa fase adolescente en la que decimos que no a papá por sistema, leemos a Sartre, fumamos en el desván y nos negamos a comer las dichosas lentejas? ¿Quién no ha caído en la engañosa e imposible utopía de querer hacer de este un mundo mejor? Aquel que no ha sentido la rebeldía lujuriosa hirviendo por sus venas al menos una vez en su vida es que siempre ha estado muerto. Pues bien: resulta irrisorio y grotesco que el Gobierno Rajoy quiera tapar sus vergüenzas políticas, fracasos electorales y corruptelas varias desviando la atención de la opinión pública hacia las cosas pintorescas e inocentes de la izquierda. Tratar de hacer pasar a la dulce Rita Maestre por una extremista peligrosa dispuesta a colocar el coctel molotov en cualquier momento es un insulto a la inteligencia, una maniobra tan pueril como ridícula, y muestra el bajo nivel intelectual en el que se mueven los gobernantes del PP.
Carmena está manejando a la perfección la primera crisis de gobierno que le han generado sus agrios y enconados enemigos, lo cual demuestra algo que ya sabíamos: que será una gran alcaldesa de Madrid. Y la ha manejado con tiento no solo por aceptar la dimisión de Zapata (mantener en su gabinete a un chistoso que va soltando burradas de los judíos por ahí no era la mejor carta de presentación para pasear el buen nombre de Madrid por el mundo) sino por reafirmar en su puesto a Rita Maestre. Una de cal y otra de arena. Dos decisiones acertadas. Mano izquierda, nunca mejor dicho. Habilidad, sensibilidad y tacto políticos. Apenas lleva cuatro días en el poder municipal y ya actúa con la experiencia y el saber estar de alguien que lleva veinte años de mandato, para envidia de Espe, la condesa de Bornos que sigue comiéndose las uñas rabiosas en alguna estancia rencorosa y apartada de su palacio condal. La rabieta de los populares por la pérdida de la España municipal les está haciendo perder el juicio también, pero Carmena, como buena jueza que es, está sabiendo impartir justicia, que a fin de cuentas es en lo que consiste la política. Podemos y las plataformas ciudadanas son movimientos cívicos legítimos que nacen al calor de la indignación de millones de personas. No son sangrientos terroristas, ni peligrosos bolivarianos, ni rojos extremistas. Es el pueblo mismo, el hambre del pueblo que se revuelve y se defiende, la democracia encarnada en montuosidades ciudadanas que claman por la justicia social en la calle. Y merecen un respeto. Eso no lo entienden ni podrán entenderlo nunca los señoritos de Suiza. Ahora bien, mucho nos tememos que ese movimiento ciudadano contestatario ha tenido que gestarse de forma demasiado apresurada, urgente, acelerada. Fue una reacción metabólica precipitada ante el abuso y atropello contra el pueblo y no hubo tiempo de buscar buenos mimbres, políticos formados y cuajados. Lo cual es un riesgo. Porque en cualquier momento, otro Zapata puede cagarla de nuevo.

Viñeta: El Koko Parrilla

ROJAS Y HERMOSAS


(Publicado en Revista Gurb el 5 de junio de 2015)

Manuela Carmena va al ayuntamiento en bicicleta, seguida por una cohorte de gatos callejeros, y Ada Colau en zapatillas de runner y camiseta de hacer pilates. Son los tiempos de la nueva política. Y bendita nueva política. Ya estábamos más que hartos de repijos engominados y chamarileros de Ayuntamiento más falsos que el beso de Judas y más ladrones que Barrabás. Acuérdese el ocupado lector de Paco Camps, aquel honorable presidente de Valencia que se vestía de pies a cabeza en los talleres textiles de la mafia. No hace tanto de aquello. ¿Qué había debajo de sus cuatro trajes sobornados? ¿Había un hombre de Estado preocupado por su pueblo, un gestor abnegado, un político que perdía el sueño y se desvivía por la ruina que le había caído en desgracia a su tierra? No. Nada de eso. Lo que había era solo una pose, puro teatro, postureo puro y duro. Como muchos políticos de su generación, aquel tipo con hechuras de enterrador era un gran actor al que el Bigotes le había regalado un par de trajes que no se quitaba ni para ir a dormir. Decía Oscar Wilde que la moda es un esperpento tal que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses. Pues para los fulanos esperpénticos del PP que nos han estado robando, estafando y trilando todos estos años de crisis y recortes, de esfuerzos y sacrificios, la política no dejaba de ser eso, una pasarela, un pasatiempo, una moda. Entraban y salían como Pedro por su casa por esas puertas giratorias infames sin que se les estremeciera una sola pestaña ante la tragedia monumental de todo un pueblo en descarnado sufrimiento. Miles de familias pobres se congelaban en invierno al no poder pagar el gas, los niños se desplomaban famélicos en las escuelas, a los viejos y enfermos los Blesa y compañía les daban el tocomocho del siglo un día sí y otro también y muchos parias de vida hipotecada terminaban suicidándose al verse cruelmente desahuciados. ¿Dónde estaba entonces el Gobierno de todos los españoles, nuestro Gobierno? En monterías bochornosas, en fiestas de pijama y orinal, en orgías suizas y sucias pagadas con ese dinero que nos hacía tanta falta para no morirnos de hambre. Con Manuela y Ada todo eso se ha terminado. A Manuela la moda se la trae al pairo porque ella es una señora de izquierdas y ya se sabe que las rojas cuanto más desaliñadas y jipis más morbo dan porque el glamur lo tienen por dentro. Una roja te enamora no por lo que lleva puesto o deja de llevar sino porque encandila cuando te habla de Marx y de nobles principios en una noche romántica llena de velas, vodka soviético y utopías. Ada Colau, por su parte, tampoco necesita construirse un personaje de cartón piedra que dé el pego a todas horas porque ha sufrido y llorado con el pueblo en las barricadas de la miseria. Las dos tienen callos en las manos, vienen de la misma escuela. La escuela del activismo, de la lucha por una noble causa, de la decencia. Pueden fracasar en su intento de mejorar los derechos civiles de los ciudadanos porque se enfrentan a poderes fácticos muy fuertes y poderosos; pueden cometer errores como todo hijo de vecino porque Ada no es ningún hada, es una mujer de carne y hueso y no mea Chanel. Pero de lo que podemos estar seguros es de que se van a dejar la piel en el intento de hacer de Madrid y Barcelona ciudades más humanas, lugares más civilizados y solidarios, urbes no para que pueda vivir el dinero, sino para que puedan vivir las personas. Rajoy, cada día más ciego que Tiresias, insiste en que el PP ha perdido las elecciones no por su propia incompetencia, ni por los trileros de su partido, ni por los recortes en servicios públicos o por esa ignominiosa reforma laboral que firmó de su puño y letra y que enterró para siempre el Estado de Bienestar, liquidando las clases medias e instaurando un sistema social esclavista. Aún cree que el naufragio de cientos de ayuntamientos que ya no son del PP ha ocurrido por culpa de La Sexta. Como si Jordi Évole se hubiera llevado el dinero de los españoles a Suiza. Espe Aguirre sufre una crisis nerviosa producto de la derrota y ya ve comunistas y radicales hasta debajo de la cama. En su delirio macartista, se ofrece cada día a un pacto distinto con tal de salir de alcaldesa, vendiendo su carne y su dignidad como una vulgar mujerzuela de la política. Son como estatuas de sal muy bien vestidas que no se dan cuenta de que su tiempo ha vencido. Y luego pasa lo que pasa, que se han llevado una buena hostia, como dice Rita.

Viñeta: Iñaki y Frenchy

GRAN TORINO


(Publicado en Revista Gurb el 8 de mayo de 2015)

La otra noche me senté ante el televisor para volver a ver Gran Torino, la soberbia película de Clint Eastwood, mi idolatrado Clint. Ya casi he perdido la cuenta de las veces que la he visto y sin embargo no me canso. En realidad, cada vez que vuelvo a visionarla es como reencontrarse con un viejo amigo, Walt Kowalski, ese jubilado cascarrabias veterano de Corea y bebedor compulsivo de cerveza que acaba de perder a su mujer y que, solo y abandonado por sus hijos, se aferra a lo único que le queda ya en la vida: su perra Daisy y su viejo coche, el Gran Torino, que guarda celosamente en el garaje como su más preciado tesoro. Hace mucho que Eastwood dejó de hacer cine para hacer literatura en imágenes. Sus películas son tragedias modernas shakesperianas que elevan a los personajes que las encarnan a la categoría de grandes mitos universales a la altura de Hamlet, Otelo o Macbeth. Se tocan muchos y trascendentes temas en Gran Torino: la vejez, la soledad de los ancianos olvidados por sus familias, la vida moderna que arrasa con todos los principios y valores humanos, la juventud violenta y brutalizada, la desigualdad cada vez mayor entre ricos y pobres que ni siquiera el presidente Obama ha conseguido erradicar, la incomunicación, la globalización que inunda los barrios tradicionales de inmigrantes asiáticos (por ejemplo la etnia de los hmong, o jamones como los llama despectivamente Kowalski) y los convierte en sórdidos guetos donde el choque cultural y demográfico acaba sirviendo un cóctel de consecuencias imprevisibles.
Pero sobre todo, Gran Torino es una película que habla sobre las tensiones que provoca el racismo latente en la sociedad norteamericana, ese racismo endémico que se transmite de generación en generación entre los americanos altos, rubios y de ojos azules, los anglosajones que se consideran auténticos herederos del imperio. Kowalski detesta a los asiáticos, de hecho peleó contra ellos en la guerra de Corea y no hay nada que le repela más que un amarillo con sus extrañas costumbres de amarillo y sus comidas especiadas de amarillo. Tal es su rechazo que no siente rubor en dirigirse a ellos, abiertamente, como Rollito de Primavera o Fu Manchú. El viejo veterano se siente enfermo, perdido, desubicado, fuera de su mundo desde el fallecimiento de su mujer y más aún desde que se ha dado cuenta del egoísmo de sus hijos, que ya solo lo visitan muy de vez en cuando, siempre protocolariamente, por quedar bien y para regalarle cosas inservibles, como un absurdo teléfono de urgencias con números gigantes para enfermos terminales que él siente como un preludio funesto, una señal inequívoca de que hasta su propia familia quiere enterrarlo antes de tiempo para quedarse como herencia con su preciado auto. En las dos horas que dura la cinta se explica todo lo que está sucediendo en la epidermis de la convulsa sociedad norteamericana. Las familias de blancos han abandonado los barrios periféricos y sus casas son ocupadas ahora por inmigrantes llegados, como un tsunami, desde todos los rincones del mundo. Familias enteras de asiáticos, negros e hispanos se hacinan en estas antiguas urbanizaciones en otro tiempo prósperas y ahora sucias e inseguras donde ni siquiera la Policía se atreve a entrar. Las bandas de jóvenes que campan a sus anchas son los auténticos amos del barrio y extienden la ley del terror por todo el vecindario. Drogas, robos, violaciones están a la orden del día. Thao es uno de esos hijos de inmigrantes, un buen chaval que está siendo acosado por los pandilleros que lo quieren reclutar para integrarlo en sus actividades violentas. Una noche los jefes de la banda le obligan a robar el Gran Torino de Kowaslki y es ahí donde el viejo va a abrir una puerta de su vida que ni siquiera sabía que existía. Kowalski sorprende al joven robando su precioso Torino pero lejos de castigarlo entabla una amistad con él (lo rebautiza como Atontao, toda una muestra de afecto para un cascarrabias como él) y conoce a Sue, la adorable hermana del chico, y al resto de la familia de los hmongs. Walt descubre con sorpresa que el clan de Thao no solo es gente amable, solidaria y afectiva, sino que cuando lo invitan a su casa lo acogen con una hospitalidad tierna y cariñosa, mayor y más sincera si cabe que la demostrada por sus propios hijos y nietos.
Al final, el anciano veterano de Corea ve cómo su corazón se ablanda y decide llevar a cabo un último sacrificio, un verdadero acto de amor hacia aquellas gentes que viven marginadas por un sistema económico injusto y aterrorizadas por los pandilleros. Gran Torino es un canto a la tolerancia y a la convivencia entre culturas, una película de las más hermosas que yo haya visto jamás. Freddy Gray, ese chico de Baltimore que acaba de ser asesinado a manos de unos policías salvajes, no tuvo la suerte de que se cruzara en su camino un Walt Kowalski dispuesto a defenderlo hasta sus últimas consecuencias, un soldado retirado del frente de la vida decidido a hacer justicia en su nombre. Un viejo carca chapado a la antigua que aparentaba ser un racista recalcitrante pero que a fin de cuentas, y sin él apenas saberlo, no era más que eso. Un sentimental.

Caricatura: Adrián Palmas

viernes, 19 de junio de 2015

EL HOMBRE QUE BUSCABA MARCIANOS

 (Publicado en Revista Gurb el 19 de junio de 2015)

A menudo, cuando está en una fiesta y suelta eso de que se dedica a buscar marcianos, le suelen mirar como a un bicho raro. Investigar si hay vida ahí fuera es una profesión tan inusual como fascinante, pero Seth Shostak, el director del Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI), asegura que la sigue ejerciendo de forma apasionada, con la misma ilusión de aquel niño que con ocho años ya buscaba respuestas en los libros sobre el Universo. "No, no me siento nada decepcionado porque en realidad solo hemos investigado en profundidad unos pocos miles de estrellas, que no es demasiado. En los próximos veinte años se investigarán hasta un millón de estrellas y creo que ese será un experimento mucho más interesante", asegura en una conversación telefónica en exclusiva para Revista Gurb desde su despacho del Instituto SETI, en Mountain View, California. No pierde la fe en encontrar a ET algún día, aunque todo sería mucho más fácil si el Gobierno norteamericano volviera a destinar fondos públicos para esta investigación, que fue suspendida por la NASA en los años 90. De momento SETI funciona gracias a aportaciones privadas que sirven para construir radiotelescopios muy costosos que apuntan hacia el cielo oscuro y silencioso, donde de momento no parece haber nada vivo, salvo las luces minúsculas de infinitas estrellas que miran con desdén a la solitaria y desamparada especie humana. Ninguna señal electromagnética, ningún indicio fiable desde que empezara el proyecto SETI, allá por los años 70. La idea ha servido, eso sí, para despertar la conciencia mundial de que quizá no estemos solos en el Universo y miles de personas se han unido al proyecto de buscar señales alienígenas sin moverse de sus casas, solo mediante la conexión de sus ordenadores personales a la red principal de SETI, que procesa las infinitas emisiones del espacio exterior captadas por el radiotelescopio de Arecibo, emplazado en Puerto Rico. De momento ET no ha dicho "hola, muchachos, aquí estoy", pero Shostak, uno de los físicos más populares e influyentes de Estados Unidos (ha llegado a colaborar como asesor en películas como Contact o el remake de Ultimátum a la Tierra) afirma con rotundidad que de seguir el actual progreso tecnológico del ser humano, en dos décadas podríamos hallar vida en otros planetas. "Eso sí, si la hay lo más probable es que solo podamos verla a través del microscopio". Encontrar vida fuera de la Tierra no es tarea fácil, “como buscar una aguja en un pajar”, pero encontrar vida inteligente sería un choque brutal para nuestra civilización. Aunque quizá eso no sea tan bueno a fin de cuentas. Porque, como muy bien ha dicho Stephen Hawking, si son más inteligentes que nosotros seguro que querrán colonizarnos.

Entrevista completa en Revista Gurb

DE CORTACABEZAS, LA PANTOJA Y EL MAESTRO AGUILAR

Los cortacabezas. Hemos llegado a un punto en que cualquier loco fanático puede abordarnos por la calle, cortarnos la cabeza y clavarla en una verja. Puede ocurrir en París, Madrid o Roma. Cualquier día y a cualquier hora. Occidente no debe seguir mirando hacia otro lado, impasible, mientras explotan bombas en Túnez, Kuwait o Somalia. Esas bombas no van dirigidas contra ningún Estado en concreto, sino contra todos los seres humanos del planeta. Es hora de tomar partido de verdad, de colaborar con los países pobres que sufren la plaga integrista. Con ayuda económica y tecnología, con alimentos, con armas para que puedan hacer frente al monstruo yihadista. Y pelear con ellos, en primera línea y codo con codo, contra el fascismo religioso. De lo contrario, la epidemia de fanatismo se volverá contra nosotros. Y arrasará toda Europa.

Yo soy ésa... Ni en la cárcel se está quieta la Pantoja. Ya la pueden recluir en un monasterio budista en todo lo alto del Everest y bajo llave, que ya montará ella su zarzuela, su vodevil, su culebrón. Esta niña...

Justicia injusta. La Fiscalía aleccionada para procesar a Zapata, la Audiencia Nacional manipulada para amortiguar el caso Gurtel, el Constitucional y el Consejo del Poder Judicial en alerta para colocar a los peones del PP. Palada a palada, así van enterrando la democracia.

Jugando con dolor ajeno. Son muy escrupulosos con las víctimas de ETA, las víctimas del franquismo dan un poco igual.

El capital. Cada vez que escucho hablar a los de la patronal me reafirmo un poco más en que vivimos en un régimen de fascismo económico (del político ya hablaremos otro día).

Pedro la tiene más grande... Antes de hacer uso de la bandera española, Pedro Sánchez debería pedirle permiso a Rajoy, porque esa bandera es suya, del PP y de nadie más que del PP.

Maestro Aguilar. Oído cocina: Algunos barones presionan a Rajoy para que Albert Rivera sea el próximo candidato del PP a las elecciones generales. Lo acaba de decir Miguel Angel Aguilar en La Sexta y cuando el maestro eso va a misa. Hay marejada en Génova.

 Viñeta: Lombilla

domingo, 14 de junio de 2015

TUITEROS A LO LOCO

Dedo a dedo. Martínez Maíllo, el último dedazo de Rajoy, asegura que su imputación no es por corrupción, sino que es algo de poca monta, nada, una minucia. Total, darle millones y millones a un constructor y mandar al garete a Caja España tampoco es para tanto...

Prensa decadente. El grado de cinismo y depravación que alcanzan algunos directores y ejecutivos de medios de comunicación raya lo insoportable.

Marca España. Otra españolada para partirse la caja: Los fabricantes de maquillajes y perfumes exigen a los políticos que dejen de utilizar la frase "operación de cosmética" porque dicen que perjudica el negocio. Estamos que nos salimos.

Espías, como nosotros. Media España anda espiando a la otra media, y viceversa, en busca de tuits, mensajes, textos, columnas y notas del parvulario. País de locos.

Idiosincrasia ibérica. El español: ese ser incivil que confunde debatir con disputar, dialogar con vociferar, disertar con descalificar.

Los tuits grotescos. El humor solo es humor cuando es inteligente. Lo demás es ofensa, mala educación y mal gusto.

La guerra tuitera. Josep Ramoneda: "Bromear sobre las víctimas del holocausto no tiene pase. Zapata tenía que dejarlo. Carmena empieza bien, asunto terminado".

Hernando, el mamporrero. Y ya de paso Rafael Hernando también debería dimitir por haber dicho aquello de que los hijos de los fusilados franquistas se acuerdan de sus padres solo para cobrar la subvención.

Lo de Zapata. Si algo bueno tiene el caso Zapata es que a partir de ahora los humoristas aficionados y domingueros del humor se lo pensarán dos veces a la hora de soltar una gracieta. Ya estaba haciendo falta una buena limpieza de tontos y malos bufones en este país.

Nueva política. En este país dimitir es un concepto de ciencia ficción, lo hemos estado viendo todos estos años en que ínclitos personajes como Rus, Fabra, De la Riva, Barberá, Aguirre, etc, han soltado las burradas que han querido por sus boquitas para indignación de los ciudadanos y sin que pasara nada. Los políticos de nuevo cuño que están llegando ahora para supuestamente regenerar la vida política deberían empezar por incluir esa palabra en sus diccionarios. Dimisión. Por ahí tendría que comenzar la regeneración democrática. Lo digo por Zapata, por si no había quedado claro.

Dimisión. Zapata dimite. Es lo mejor para todos. Carmena sale reforzada y el PP queda en evidencia por todas las dimisiones que se saltó a la torera durante tantos años. Es la nueva política. La auténtica regeneración democrática.

Viñeta: Lombilla.

lunes, 8 de junio de 2015

DE LOS ASALTACAMINOS, CHRISTOPHER LEE Y LOS BOLIVARIANOS


País de asaltacaminos. Hoy me he tropezado con un amigo periodista que está en el paro desde 2012. Muy enojado y acordándose de la madre del ministro, va y me explica que este año Hacienda le ha hecho pagar casi 1.000 euros por el Impuesto sobre la Renta (¡1.000 euros!) pese a que ya no tiene ingresos de ningún tipo y ha caído en ese gueto que llaman 'parados de larga duración'. Todo su pecado tributario en 2014 fue haber percibido 2.000 euros por un trabajo para la Universidad, lo que para el Gobierno debe ser un crimen imperdonable digno de ser castigado con el mayor tipo impositivo posible. "Así que este año voy a pagar más que Bárcenas", me ha dicho absolutamente mosqueado. Y luego se ha alejado por la calle mascullando entre dientes. País de salteadores de caminos.

Ana a botellazos. La última estupidez de Ana, la de la Botella, como alcaldesa de Madrid, la ha soltado sin rubor esta tarde al descubrir la placa del monumento con los restos de Cervantes (desfile militar, himno patrio y demás alharacas incluidas): "Culminamos el sueño de muchos españoles". Como si no tuvieran otra cosa con qué soñar los pobres y jodidos españoles. La carcajada de don Miguel ha sido tal que se ha escuchado en todo el Olimpo de los dioses.

Christopher Lee. Fue la peor pesadilla de varias generaciones de niños que crecieron amenazados por sus horribles chupetones. A menudo lo veíamos en sueños, los ojos inyectados en sangre, la negra capa de señor de las tinieblas y los colmillos bien afilados. Ni con la mejor ristra de ajos morados de Cuenca se le podía parar los pies al tío. Con el tiempo se hizo mayor, o nos hicimos nosotros, y dejó de darnos miedo. Entonces comprendimos que los monstruos más terroríficos son los de carne y hueso: Christine Lagarde, por ejemplo, esa vampira insaciable que ha ordenado el derribo total del Estado de Bienestar. Señor Drácula, gracias por los buenos malos ratos que nos hizo usted pasar.

Mierda oceánica. En medio del océano Pacífico hay una gigantesca isla formada por 100 millones de toneladas de basuras. Tiene el tamaño de seis veces España y provoca la muerte de millones de peces cada año. Es lo que los científicos llaman el 'Séptimo Continente'.

Ocurrencias fílmicas. Me gustaría saber quién ha sido el cretino de Paramount Channel al que se le ha ocurrido incluir mensajes de tuiter durante la emisión televisiva de la película 'Agárralo como puedas'.

Lo de Venezuela. Los más preocupados por el ascenso de los rojos y bolivarianos son los fabricantes de corbatas.

Amaños políticos. Voy a salir a la calle, espero no pisar ningún tamayazo.

FMI: Fondo Mafioso Internacional.

Felipe de mi vida. El colmo de los colmos y paradoja del destino es que el Señor X, cerebro de los GAL, termine sus días políticos como el más firme defensor de los derechos humanos. De locos.

Más Venezuela. Al próximo que venga a echarme su teoría particular sobre el chavismo bolivariano le atizo con el zapato en la cabeza.

Contagios. Mucho peor que la epidemia de difteria es la epidemia de incultura.

Buenas noches. Y encima va y se muere Ornette Coleman. Por favor, que se acabe ya este día infausto.