(Publicado en Revista Gurb el 30 de marzo de 2017)
Odiado por el nacionalista español, por el independentismo catalán de derechas y de izquierdas, por la izquierda radical, por los católicos y por algún que otro enemigo del negocio del teatro, que también habrá ido dejándose por el camino, Albert Boadella (Barcelona, 1943) sigue siendo un espíritu librepensador tan inclasificable como irredento y original. Desde aquellos tiempos del tardofranquismo, cuando fue condenado por un consejo de guerra y protagonizó una fuga de película, Boadella ha sido un azote del pensamiento único y de lo políticamente correcto. "Bueno, ser odiado es el precio de decir lo que uno piensa. El precio de la libertad. Y esa posición me gusta, me siento cómodo", asegura el dramaturgo y actor. Tras su aventura formidable con Els Joglars, una compañía ya mítica de nuestro teatro contemporáneo, fue fundador de la plataforma política Ciudadanos, aunque últimamente ya no se habla con Albert Rivera. "Es un hombre que no escucha, no creo que le interese lo que pueda decirle". Finalmente, ha decidido abandonar Cataluña e instalarse en Madrid, desde donde sigue lanzando sus dardos envenenados contra el independentismo catalán. "En Cataluña hay una epidemia colectiva provocada por el odio al vecino", asegura.
Entrevista completa en Revista Gurb
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