viernes, 2 de octubre de 2015

UNA GENERACIÓN LITERARIA ES COSA DE DOS

 (Entrevista publicada en Revista Gurb el 2 de octubre de 2015)

Mary Shelley y Percy Bysshe; Henry Miller y Anaïs Nin; Jean Paul Sartre y Simon de Beauvoir. Parejas unidas por la literatura, parejas de novela. Unas tuvieron final feliz (prevaleció el amor o el respeto profesional o ambas cosas); otras acabaron como el rosario de la aurora. A Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956) y Elvira Lindo (Cádiz, 1962) no les ha ido mal. Han formado, tras más de dos décadas de convivencia y esforzada dedicación a la literatura, algo más que un matrimonio de escritores bien avenido. Ni siquiera se pisan las frases cuando hablan, ni se dejan en mal lugar en público, ni compiten por soltar la idea más genial en las ruedas de prensa. Son, por encima del éxito y la fama, como un equipo, un equipo al servicio de las letras. "Ya es como si fuéramos una generación literaria", dice Elvira Lindo, medio en broma medio en serio, para referirse a la estrecha relación profesional y personal que les une desde hace años. "Pues es una generación que va bastante bien, la verdad, tenemos estilos muy diferentes, leemos las cosas de uno y de otro, corregimos los textos, nos contamos argumentos o por dónde van los tiros, y no nos tenemos envidias ni nada de eso. Vivimos, yo creo que como propios, los éxitos del otro. Creo que es el ideal como generación. Si fuéramos tres ya sería peor. ¿Tú lo ves bien como generación?", le pregunta Elvira a Antonio con picardía. Él sonríe y asiente, sabe que ambos viven el oficio de escritor de forma muy similar, como algo íntimo, privado, algo muy alejado de las modas y las pasarelas de los festivales literarios. "Eres escritor porque escribes, no porque actúes como escritor públicamente; a veces actúas públicamente pero eso no puede ser parte de tu vida cotidiana porque en ese momento te conviertes en un personaje, ya no eres tú". Lindo y Muñoz Molina, Muñoz Molina y Lindo, que tanto monta monta tanto. Su nuevo sello editorial, Lindo&Espinosa, acaba de editar Memphis-Lisboa, el libro de fotografías y textos que la escritora y periodista fue almacenando mientras su marido trabajaba en la recopilación de datos para su última novela: Como la sombra que se va (Seix Barral, 2014). Antonio seguía los pasos de James Earl Ray (el asesino de Martin Luther King) por el corazón de esa Norteamérica profunda sobre la que aún planea el fantasma del Ku Klux Klan. Elvira le seguía a todas partes en ese proceso de investigación, por momentos fascinante, por momentos obsesivo, que les llevó a ambos hasta el balcón de la habitación donde el carismático líder negro fue asesinado a quemarropa. Revista Gurb recoge ahora los diálogos que la pareja mantuvo durante la pasada Semana Negra de Gijón.

Entrevista completa en Revista Gurb.

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