viernes, 13 de noviembre de 2015

EL ECO DE LA CUEVA



Desde su descubrimiento en 1976, el yacimiento de Atapuerca en Burgos se ha convertido en el gran santuario de la evolución humana en nuestro país y uno de los más importantes del mundo. Bajo el subsuelo de la Sima de los Huesos, la Sima del Elefante y la Gran Dolina se han hallado miles de restos humanos fósiles, algunos con una antigüedad próxima al millón de años y en unas condiciones de conservación casi perfectas para el estudio paleontológico. Esqueletos completos, cráneos, dientes, mandíbulas y piezas anatómicas de todo tipo, así como numerosos restos fósiles de animales y plantas que son de gran utilidad a la hora de determinar el contexto y la datación, han sido desenterrados durante cuatro décadas de excavaciones minuciosas y complejas. El principal descubrimiento, la joya de la corona de Atapuerca, es el Homo antecessor, un homínido que si hoy caminara por la calle, como un humano más, no nos resultaría un ser demasiado extraño. Su complexión recia y elevada estatura (podía medir más de un metro setenta y seis) su rostro moderno y su no escasa inteligencia le permitirían mezclarse entre nosotros, sin llamar mucho la atención ni levantar sospechas, en el metro o en cualquier centro comercial. José María Bermúdez de Castro (Madrid, 1952) es uno de los tres codirectores del yacimiento, junto a Juan Luis Arsuaga y Eudald Carbonell, la tríada mítica de la ciencia evolutiva española. Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1997, Bermúdez de Castro cree que en los próximos cinco años los arqueólogos que trabajan en el yacimiento de la Gran Dolina sacarán a la luz al menos “un millar de huesos más”, una cantidad de restos fósiles de la que sin duda saldrán nuevos y sorprendentes descubrimientos sobre la evolución humana. "En este momento Homo antecessor podría ser un buen candidato o una buena candidata como especie a ser el ancestro común de los neandertales y las poblaciones modernas. Eso ya no lo estamos diciendo nosotros, lo están diciendo otros colegas de gran prestigio de todo el mundo", asegura. Hoy Atapuerca no solo es una hermosa odisea científica que demuestra lo mucho que ha avanzado la paleoantropología en nuestro país en los últimos años, sino un pozo de grandes secretos que nos va descubriendo, poco a poco, cómo éramos hace un millón de años, cuando decidimos romper el yugo de la naturaleza y dominar la Tierra.  Hoy Revista Gurb desciende a los orígenes más remotos de la vida, a los albores de la humanidad.

Entrevista completa en Revista Gurb

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