EL GOLPE DE JORDI
Respeto mucho a Jordi Évole. Me parece un gran periodista que aborda los asuntos de actualidad con valentía, desparpajo, rigurosidad. El caso de los muertos en el accidente de Metro de Valencia se reabrió gracias a un reportaje suyo y solo por ello la sociedad tendría que estarle eternamente agradecida. Pero lo de ayer, su broma pesada sobre el 23F, su chiste sobre el suceso más dramático de nuestra democracia (con la contribución cómplice de las momias más insignes de nuestra política y nuestra cultura), está fuera de lugar. Es cierto que el documental es de una factura cinematográfica sobresaliente. Es cierto que no habíamos visto nada igual en la televisión española. Y es cierto que todos nos lo pasamos genial viendo su montaje circense que nos hizo creer que el 23F fue un falso golpe de Estado. Pero si nos detenemos un segundo a reflexionar, si nos paramos un momento a analizar lo que vimos anoche, nos daremos cuenta de que esta vez Jordi se ha pasado tres pueblos. Resulta patético ver cómo figuras notables de nuestra Historia política reciente se han prestado a participar en la "bromita" del niño mimado de la televisión; produce lástima ver cómo un cineasta oscarizado como José Luis Garci (vieja gloria en horas bajas) colabora en la astracanada para relanzar su nombre y salir del "crack" creativo en el que se encuentra (por utilizar un símil con aquella película suya de Alfredo Landa); y perturba ver a Iñaki Gabilondo, santo y seña del periodismo español, gran gurú de lo que queda de la maltrecha izquierda en nuestro país, participar en un carnaval tan divertido como desconcertante. La Sexta llevaba semanas anunciando el gran programa de investigación del gran Évole sobre el tejerazo. Todo el país estaba delante del televisor con la esperanza de que el periodista serio y exigente sería capaz de aportar siquiera un dato nuevo para avanzar en el descubrimiento de una verdad que necesitamos aclarar de una vez. ¿Y con qué nos encontramos? Con el académico Anson haciendo el tonto, con Leguina chupando un poco de cámara para promocionarse con su nuevo tostón literario, con el chaquetero Verstrynge tratando nuestra Historia contemporánea como si se tratara de un Sálvame de Luxe frívolo e irresponsable. Me gustaría decir que me gustó el programa pero lamentablemente no puedo decirlo. Me pareció una gamberrada propia de universitarios de colegio mayor que no conviene al país en estos tiempos convulsos que vivimos en los que la gente necesita datos verídicos, respuestas fehacientes, verdades, ética. No sé si se trataba de desacreditar a la Monarquía, de un ejercicio de masturbación periodística para demostrar que Évole la tiene más larga que el mismísimo Orson Welles cuando engañó al mundo con su invasión de marcianitos o simplemente de una noche de borrachera televisiva (para olvidar) en la que a todos se les fue un poco la olla. Sea como fuere, no creo que el chico Midas de la Sexta consiguiera su objetivo porque: Uno: El Rey sale reforzado, ya que el documental no aporta ni un solo dato de su implicación en el golpe. Dos: Orson Welles fue capaz de movilizar a miles de americanos aterrorizados, y no veo yo españolitos echarse a la calle por el falso reportaje sobre el falso golpe. Y tres: si se trataba de pasar una noche de porros y anfetas televisivas todos lo hemos pasado pirata pero cuidado, porque la resaca puede ser fuerte, el prestigio profesional cuesta años conseguirlo y puede perderse en apenas un segundo. De periodista a bufón hay solo un paso. Sin duda, Jordi ha dado el golpe. Lo malo es que a estas horas este pueblo ignorante y desinformado que se llama España cree que el golpe lo dio Garci.
Imagen: lasexta.es
Que mojigato te has puesto, José. A mi me pareció un buen ejercicio del Follonero que un vez se ha visionado nos descubre el juego; no como esas cansinas teorías conspiranoicas con las que otros nos construyen el relato de su fracaso y nos escriben su hisotoria y, ya de paso, la Historia. Y lo de Summers, impagable.
ResponderEliminarEsto es como la parrala que unos decian que si y otros decian que no,a mi personalmente me gusto,al final un poco "mosqueao" por que los personajes de la pelicula eran quienes eran,chapo por el Jordi y por el Sr Lara que esel que de lleva la pasta y el buen nombre de la Sexta.¡¡ que listo salio el jodido ¡¡
EliminarUn buen ejercicio cinematográfico, tú lo has dicho Cronista Montañés, para decirnos lo brillante que es como genio de la lámpara y lo tontos que somos los demás. El poder de la televisión no debería emplearse para eso. Como película cómica un diez como reportaje periodístico un cero. Pero claro, como tú lo tienes endiosado al Follonero. También hay que decirle de vez en cuando cuándo se ha pegado una pasada el chico. No todo van a ser parabienes...
ResponderEliminarFue una mamarrachada.
ResponderEliminarY tanto Ramón, la mejor definición...
ResponderEliminarEl "golpe" de Jordi Évole fue simulado y en diferido.
ResponderEliminarCarmen Fernández
Detrás de Garci estaba Cospedal...
ResponderEliminarMuy buen articulo, si señor
ResponderEliminar"Lo malo es que a estas horas este pueblo ignorante y desinformado que se llama España cree que el golpe lo dio Garci"
ResponderEliminarTe has retratado.
....pues yo creo que es uno de los más inteligentes análisis que de nuestra realidad se ha hecho hasta el momento......y una de las mejores maneras de ver hasta que punto somos capaces de reírnos de nosotros mismos,...y de cuánto tenemos que aprender para tener nuestro propio criterio,....un psicoanálisis de nuestra sociedad, bastante lúcido, por cierto, si nos queda bien claro el mensaje, que no es mas que NO SABREMOS NADA DEL TEMA hasta al menos 50 años....
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstá muy bien concebido,Jordi, no te lo discuto, lo que planteo es si un profesional serio y riguroso en el que confiaba la gente puede hipotecar su prestigio por un experimento que demuestra lo que todos sabíamos ya: que nos manipulan cada minuto. Esa es la primera lección que se aprende en la Facultad de Periodismo. Pedro Blanco, de la SER, lo ha dicho muy acertadamente: "En mi humilde opinión, lo mejor para demostrar que no todo lo que vemos es verdad es destapar las mentiras y no fabricarlas".
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