(Publicado en Revista Gurb el 23 de febrero de 2018)
Arrojarse por la ladera de una montaña de nieve a casi cien kilómetros por hora suspendido en una ligera tabla puede parecer una locura o un éxtasis divino reservado solo para unos pocos. Regino Hernández (Ceuta, 1991) el corredor de snowboard cross que ha logrado la medalla de bronce para España en los recientes Juegos Olímpicos de invierno de Pyeongchang (Corea del Sur), pertenece sin duda al segundo grupo. Millones de espectadores pudieron presenciar por la televisión su carrera trepidante que quedará para el recuerdo. Esa velocidad endiablada nada más tomar la salida, ese descenso a tumba abierta, ese salto desbocado en el vacío antes de que sus tres contrincantes dieran con sus huesos en el suelo, esa línea de meta que atravesó exultante rompiendo 26 años de sequía de medallas para nuestro país. A los jóvenes que se han enganchado a este deporte tras verlo subir al pódium les recomienda que tengan “mucha cabeza, que tengan en cuenta que se están metiendo en un deporte de riesgo. Que es probable que haya caídas, que haya lesiones, y sobre todo que entrenen mucho y que tengan paciencia”. La fiebre del snowboard ha llegado para quedarse. Y todo por este joven de Ceuta, un surfero de la nieve que se subió por primera vez a una tabla cuando tenía cuatro años y que, tras múltiples lesiones y caídas, vive la felicidad del bronce. La "locura controlada" de un deporte tan arriesgado como apasionante.
Entrevista completa en Revista Gurb
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