sábado, 6 de enero de 2018

LA ESPANTADA DE CHIQUETETE

Y cuando los puritanos de la derecha patria crucificaban a la drag queen La Prohibida por corromper la moral de los pobres niños, va y surge un hombre que con su insensata actuación ha traumatizado a toda una generación de infantes tras quitarse el disfraz de Rey Melchor en medio del escenario y confesar su auténtica identidad: "Yo soy cantante", ha dicho Chiquetete ante unos críos cuyos ojos horrorizados no daban crédito a lo que estaban viendo. Ellos, los niños, que habían acudido allí con toda la ilusión del mundo para entregar la carta a sus queridas Majestades y se encuentran ante un folclórico, un impostor, un príncipe gitano que les ha robado el sueño de sus vidas. Indignante, lamentable, desolador. No te le perdonaremos jamás, Chiquetete, jamás. ¿Qué ha podido pasar por la cabeza de ese hombre para quitarse de repente la barba, el pelucón y la corona, en un arrebato de locura, y arruinar el sueño de tantos pequeños? ¿Ha sido vanidad, miedo escénico, un cubata navideño a destiempo, cobardía como en aquella famosa canción suya, deseo urgente de ser protagonista o quizá simple necesidad de salir en un 'Sálvame' de última hora y sacarse unas perrillas con la exclusiva? No son formas, señor Chiquetete, no lo vamos a tolerar. Las tradiciones españolas exigen un decoro, un respeto, una cosa reverencial. La ilusión de un niño español es lo más sagrado que existe y si uno se compromete a hacer de Mago de Oriente, sea Melchor o Baltasar con la cara llena de betún, tiene que llevar el papel hasta el final, con todas sus consecuencias. ¿Qué es eso de dar la espantada a media función, incurriendo en el peor delito que existe, que no es otro que decirle a un niño que el Rey Melchor es en realidad un actor que pasaba por allí y que interpretaba un papel de mala gana? Ahora nos gustaría ver a los del PP/Ciudadanos linchando a Chiquetete como han linchado a La Prohibida, quien por cierto ha cumplido como la que más dándolo todo en la Cabalgata de Vallecas en su papel de entrañable peluche. Ella sí que ha hecho las delicias de los niños, que dirían los periodistas horteras. ¡Que venga la UCO a investigar esto, que intervenga Fiscalía, que tome cartas en el asunto el juez Llanera! Chiquetete ha truncado la felicidad de los niños y eso no lo vamos a consentir. No te lo perdonaremos jamás, Chiquetete, jamás.


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