(Publicado en Revista Gurb el 23 de marzo de 2018)
Varias generaciones tuvieron la suerte de divertirse con el humor del dúo Gomaespuma, formado por Guillermo Fesser (Madrid, 1960) y Juan Luis Cano. Hoy, Fesser vive con su familia en Estados Unidos, desde donde nos envía las crónicas del imperio yanqui y donde acaba de terminar su última novela, Mi amigo invisible, el relato de un escritor en crisis que habla con un misterioso acompañante. Instalado ya entre sus vecinos americanos, como uno más, Fesser mantiene ese optimismo, ese sentido del humor bienintencionado y esa vitalidad de los buenos años de Gomaespuma, y hasta cree que algo se está moviendo en el mundo, una fuerza positiva con la que conseguiremos salir de la soledad, la ansiedad y la depresión a las que nos abocan irremediablemente las frías redes sociales. "Siempre he preferido un abrazo a trescientos likes en Facebook. Este mundo nos está quitando los espacios para pensar y para escuchar a otros. Estamos convirtiendo el mundo en un lugar muy aburrido y la gente no quiere vivir en un sitio así. Yo creo que al final vamos a buscar, como Colón, el nuevo mundo, que en realidad no está demasiado lejos, consiste en dejar el móvil en un cajón y decir: a tomar por culo, majete". Fesser, nuestro corresponsal en Yanquilandia –desde donde nos cuenta el cronicón sobre la última burrada de Trump, la enésima matanza en un instituto y cómo nos ven ellos a nosotros los españoles– es, antes que nada, un hombre que sigue manteniendo intacta la esperanza en el ser humano y un sentido del humor inteligente que abunda cada vez menos.
Entrevista completa en Revista Gurb
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