miércoles, 17 de enero de 2024

EL TRASTORNO PARANOIDE

(Publicado en Diario16 el 29 de noviembre de 2023)

El nuevo portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, un mamporrero que ni en sus mejores sueños imaginó llegar tan alto, ha asegurado que en esta segunda legislatura del Gobierno de coalición el Partido Popular va a ejercer una oposición dura, pero “serena”. Estamos, sin duda, ante un brindis al sol, ya que no habían pasado ni cinco minutos de la afirmación cuando pudimos enterarnos de lo que este hombre entiende por ese concepto tan relajante: el insulto, la patada en la espinilla, el odio por el odio. Para Tellado, una oposición “serena” quiere decir hacer papilla y destrozar al rival político sin concesiones. Una oposición “serena” es propagar la histeria colectiva en forma de bulos y mentiras. Una oposición “serena” es hacer todo el ruido posible para crispar al máximo a la sociedad española.

El día de ayer fue triste para nuestra maltrecha democracia. Mientras Tellado, la nueva mano derecha de Feijóo, soltaba su hueca disertación sobre la supuesta serenidad de la que va a hacer gala el partido, otros prebostes populares daban ejemplo de que todo lo que dice Génova no es más que puro postureo. Para muestra un pequeño botón: el alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, de quien ya no se puede esperar nada bueno. Hace tiempo que nos hemos acostumbrado a sus mediocridades, a sus bajezas y a su indigencia moral, como cuando dijo aquello de que la gran Almudena Grandes no merecía ser hija predilecta de la ciudad. Pero el mezquino nunca se contenta con su mezquindad, siempre busca un poco más, refocilándose en el barro de su vulgaridad. Lo de ayer, el espectáculo que montó exhibiendo la fotito de unos terroristas de Hamás para concluir que “estos son los nuevos mejores amigos de Sánchez”, fue sencillamente nauseabundo. Cuando ya pensábamos que lo habíamos visto y escuchado todo, el éticamente minúsculo primer edil madrileño se ha superado a sí mismo en indignidad e indecencia e incluso a otros que, como los dirigentes de Vox, han hecho de la denigración del adversario su forma habitual de hacer política.

Rafa Hernando, un suponer, es otro que por lo visto también se ha jurado a sí mismo practicar una “oposición serena”. Tras despacharse a gusto con el presidente del Gobierno, llamándolo “tonto, imprudente e insensato”, aseguró que la dramática situación que se vive en la Gaza controlada por los guerrilleros de Hamás es como si en “Barcelona se dedicaran a construir túneles para bombardear Madrid”. Otra vez el análisis de brocha gorda, la política infantil de Barrio Sésamo. Para esta gente no hay matices, ni causas o efectos diferentes que expliquen cada conflicto bélico. Así, la guerra en Ucrania, la invasión israelí de Palestina, la tragedia de Yemen, el contencioso en Nagorno Karabaj, las refriegas turco-kurdas, todos los conflictos armados actualmente abiertos en la humanidad, son calcados al golpe de Estado de Cataluña. ¿Pero por qué lo llevan todo al monotema separatista vasco y catalán, qué delirio les conduce a hacer el ridículo de esa manera cada vez que comentan algún asunto de política internacional? En primer lugar, hay que entender que han leído poco y no saben de nada, porque salvo Margallo y algún que otro erudito más, la mayoría hizo la carrera en la cantina, matándose a cañas y saltándose las clases de Derecho internacional que no tenían que pagarse porque las universidades privadas regalan los aprobados a los niños de papá. Pero este desequilibrio hormonal les ocurre también, sin duda, porque viven obsesionados con una sola idea, el procés, esa pesadilla de la que no pueden librarse y que les atormenta día y noche, seguramente porque fueron ellos, con su incompetencia, su lawfare y su patrioterismo ciego, los que generaron el problemón para este país. En el fondo son unos atormentados que no saben cómo superar un trauma. “Keep calm y mucha fruta”, recomienda Almeida a la oposición, y quizá sea esa la mejor receta para que él pueda superar su propia fobia.

El PP es un partido con 47 años de historia y ya va teniendo un amplio historial de negligencias que han arrastrado a este país a graves desastres. No hará falta recordar el pifostio que montaron con el Prestige, cuando en lugar de llevar a puerto un barco averiado cargado de fuel lo alejaron de la costa con las nefastas consecuencias que todos recordamos (allí aprendieron la diferencia entre cerca y lejos). Tampoco será necesario refrescar la infamia del Yak 42, el destartalado avión fletado por Federico Trillo que acabó estrellándose y matando a 75 personas, 62 de ellas soldados que regresaban de Kabul. Ni las mentiras de Aznar que nos metieron en una guerra ilegal, inmoral e ilegítima en Irak con la excusa de las armas de destrucción masiva que no existían. Ni el burdo montaje de los atentados del 11M consecuencia de nuestra absurda participación en la guerra iraquí, un shock del que todavía no se han recuperado.

Uno, que lleva años estudiando las neurosis de las derechas, cree que la mayoría de políticos del PP han llegado a esta situación de trastorno paranoide de la personalidad de tanto sufrir shocks emocionales no asimilados ni superados. Han tenido que hacer frente a tantas chapuzas políticas, han tenido que gestionar tantas calamidades provocadas por ellos mismos, que han terminado por perder el norte y ya solo les queda construirse un mundo paralelo alternativo con el que dar coherencia a tanta mentira para seguir viviendo. Las declaraciones poco menos que psicóticas y fuera de toda justificación y racionalidad de los Tellado, Almeida, Hernando y compañía solo pueden explicarse por un comportamiento paranoide. Todos ellos, y alguno más, viven en el resentimiento permanente, en el insulto y en el desaire continuado; sufren la desconfianza persistente hacia los demás (en este caso hacia el rojo peligroso); practican la tergiversación de afirmaciones y hechos que siempre acaban interpretando de una forma distorsionada o aberrante; reaccionan violentamente sin razón aparente; y caen en la ira desatada y en las sospechas recurrentes de que alguien quiere hacerles daño a ellos o a España (en este caso el perverso enemigo de la patria es Sánchez, a quien han demonizado hasta la saciedad, típico de paranoicos). Hay que estar muy mal de la azotea, o tener muy pocos escrúpulos humanos o estar muy atrapado por el manual de técnicas de propaganda de Goebbels (aquello de que una mentira repetida mil veces se acaba convirtiendo en verdad), o todo ello a la vez, para decir que Hamás son los nuevos mejores amigos de Sánchez. Necesitan ayuda con urgencia.

Viñeta: Pedro Parrilla

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