viernes, 4 de abril de 2014

LA AGUERRIDA AGUIRRE


A Espe le dio el alto la pasma y Espe se dio el dos, el piro, se abrió, chillando ruedas, soltando humo y rabia por el tubo de escape, haciendo rugir su motor millonario por las calles de Madrid. Sabíamos que Esperanza Aguirre era una política lanzada y resuelta, rápida y audaz, pero echarse a la carretera saltándose los controles policiales es un paso más allá en su trayectoria dilatada y la convierte en una auténtica macarrilla del asfalto. No conocíamos esa faceta oculta de outsider, de poligonera, de malota de extrarradio, de la expresidenta de Madrid, a quien ya llaman la farruquita del PP. Las redes están que echan chispas con la fuga automovilística de la lideresa. Se la compara con Sandra Bullock en Speed, con la prota de Fast and Furious, con las persecuciones más trepidantes del recio Chuck Norris. Pero aún no he visto yo a nadie que la compare con el personaje que más le pega en realidad: con Olivia Newton John en Grease. Recuérdese que la bella novia de Travolta se transforma de niña-ángel virginal en putoncete verbenero que termina dando el pañuelazo de salida a las carreras clandestinas. Pues una evolución muy similar ha sufrido Espe en las últimas horas: de niña bien del barrio de Salamanca a fuera de la ley, a chai del Torete o del Vaquilla, más chute no. De niña bien del distrito de la opulencia madrilota a reina del trompo y el derrape lumpenproletariat. Hablando en términos freudianos, Espe llevaba dentro de ella, sin saberlo, a una teenager reprimida (como todas las repijas del PP), a una rebelde con causa, a una rubiaza frescachona que a la vejez está viviendo una segunda juventud. Vive deprisa y deja un bonito cadáver, ése es ahora su lema, como decía James Dean. A Espe la dan una chupa de cuero (en Madrid dicen la dan) unas gafas estilo cobra y un Pequeño Bastardo y quema la noche después de echarle unas caladillas al porrete. A Espe solo le queda enfundarse el látex negro de Rebeca en el anuncio estridente ése de los neumáticos Michelin. Faltan apenas dos semanas para que se cierre el plazo de candidatos a las europeas y el PP aún no tiene a un aspirante. Y para qué, se pregunta uno. Pongan al que pongan todo seguirá igual porque España vive un día de la marmota perpetuo y cíclico lleno de recortes, miseria y escándalos. Pero es evidente que Mariano, quizá por su pereza innata, quizá por ser un camastrón sin remedio, no ha sabido buscar entre sus huestes, entre sus filas, porque tiene a la candidata ideal delante de sus narices y no la ve. Es ella, la única, la más, la mujer kamikaze dispuesta a la victoria o a la muerte, la diablesa sobre ruedas en el mejor momento de su carrera, nunca mejor dicho lo de carrera, la camionera de la política todoterreno que está a tope de feromonas y de gas y que es capaz de ponerse al volante de su buga, como una Penélope Glamour de la vida, y plantarse en el Parlamento de la UE de cero a cien, sin aflojar el acelerador, a tumba abierta. Espe, cuanto más acelera más calentita se pone, enfila la nacional 3 (Torrelodones-Bruselas) y llega caliente al grupo popular europeo para ponerlos firmes a todos juntos. Las redes sociales están que arden con la fuga automovilística de la mandataria popular, no se habla de otra cosa, y cree uno que Mariano debería aprovechar el tirón mediático de la madrileña castiza, su fuerza choni imparable, y enviarla de rally por el viejo continente. Este vivir a tumba abierta de Espe, esta recuperación del tiempo perdido a toda mecha, es lo que necesita el PP. Sangre joven y fuerte ante tanto adocenamiento. Empuje de machorra del asfalto. Contra el lento de reflejos Rajoy y la abulia europea, la briosa y aguerrida Aguirre. Una tiorra.

Imagen: eleconomista.es     

3 comentarios:

  1. que fantastica prosa, cuanto juego para el subibaja. De como brillan los contrastes de palabras que da gusto. Giria y lunfardo español para que las nomenclaturas clasistas se nos echen jovenes

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  2. que fantastica prosa, cuanto juego para el subibaja. De como brillan los contrastes de palabras que da gusto. Giria y lunfardo español para que las nomenclaturas clasistas se nos echen jovenes

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