Puigdemont ya es honorable. Ha sido el debate del delirio,
de lo imposible, de la ensoñación impulsada por los anticapitalistas de
la CUP que viven en una utopía permanente. A partir de mañana los padres
de la independencia aplicarán la hoja de ruta, pero ya no será la hora
de las palabras huecas y rimbombantes ni de la retórica barata. Tendrán
que empezar a explicar a los catalanes qué va a pasar con sus ahorros si
la banca huye de Cataluña, qué va a pasar con las
pensiones y prestaciones de la Seguridad Social que no podría mantener
una Cataluña independiente, con las becas de estudio e I+D o con los
beneficios que supone pertenecer al Sistema Nacional de Salud, qué va a
pasar con el abastecimientos energético, con la deuda catalana que es
considerada "bono basura" por las agencias de ráting, con las ayudas de
la UE, con la fuga de empresas y de inversiones extranjeras a Madrid,
qué pasaría con los 90 millones de euros de los trenes de cercanías
pagados con fondos del Estado y con las infraestructuras previstas en
carreteras, puertos, aeropuertos y ferrocarriles, qué pasaría con la
seguridad, la defensa y las relaciones con Europa, qué pasaría en
definitiva con los 49.377 millones de euros que en tres años ha recibido
Cataluña de la Administración central. ¿Qué será de Cataluña a partir
de mañana, señor Puigdemont? ¿Por qué no lo ha explicado en su
investidura?
La España cainita. Si los padres de la Transición, que se habían matado en la guerra y aún
tenían sangre en las manos, fueron capaces de ponerse de acuerdo para
levantar un estado democrático, con todas sus complejidades e
imposibles, ¿por qué los partidos de ahora, sobre todo los de izquierda
que tienen tanto en común, no pueden hacerlo para formar un simple
gobierno?
Despelote y desmelene. Rajoy se demelenó por Nochevieja en un conocido hotel de 5 estrellas de
Galicia. El presidente aparcó por una hora su habitual look soso y
monjil y se lanzó a la pista para darlo todo. Fue un cotillón en el que
no faltó de nada: ensalada de bogavante de la ría con perlas de salsifi
para abrir boca, lomo de mero asado, almejas y crujiente de jamón,
sorbete de caipirinha para aligerar, y costillar de cordero glaseado con
patata dulce. Como postre, parfait de chocolate con corazón
de trufa blanca y yogur griego con jalea de frutas de la pasión. Todo
regado con buenos caldos de la tierra, Lagar de Cervera, blanco de la
tierra, tinto de Ribera del Duero reserva de Carraovejas, y champán Moët
& Chandon. Para cerrar la velada, la mejor suit del local (580
euros de vellón por noche). Un festival, un fiestón al alcance del
bolsillo de cualquier españolito sufridor de sus recortes. Rajoy vibró
al ritmo del "¿qué pasará, qué misterio habrá?/puede ser mi gran noche",
de Raphael, pero cuidado, porque como dice la canción "al despertar ya
mi vida sabrá/algo que no conoce/Yay, yay, yay, yay..."
Viñeta: Becs
No hay comentarios:
Publicar un comentario