Un día después del bochornoso espectáculo que se vivió ayer en la Audiencia Nacional, donde el presidente del Gobierno tuvó que sudar tinta para escabullirse de las acusaciones de corrupción, la maquinaria mediática y política del PP pasa a la contraofensiva con lo mejor que sabe hacer: la propaganda macroeconómica y las cifras convenientemente maquilladas. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año, por primera vez desde que estalló la crisis en 2008 el paro baja de los cuatro millones de personas y la tasa interanual se sitúa en el 17,2% (no alcanzaba ese nivel desde 2009). En el PP están más eufóricos que un poligonero en una fiesta 'rave' pero si nos detenemos un momento a analizar los números veremos que no es para tanto. A nadie se le escapa que el empleo que se crea en España es de ínfima calidad, que se ha perdido buena parte de los derechos laborales, que el 90 por ciento de los contratos firmados son temporales y precarios, que los salarios son tercermundistas y que algunos colectivos como el de los jóvenes, las mujeres y los parados de larga duración ya se han resignado a que jamás volverán a encontrar un empleo. Por si fuera poco, gracias al modelo económico que ha implantado el PP, España se ha convertido definitivamente en un país de servicios volcado en el turismo, un país de camareros, habría que decir. Guindos y Montoro pueden seguir vendiendo la burra del "milagro español" con su habitual descaro y su triunfalismo desbocado que solo tiene un único objetivo: ocultar las vergüenzas y miserias de su corrupción. Ellos brindan por la gran mentira de un país ficticio mientras la inmensa mayoría del pueblo malvive como puede. Que siga la fiesta.
martes, 8 de agosto de 2017
UNA DÉCADA DE CRACK
Un día después del bochornoso espectáculo que se vivió ayer en la Audiencia Nacional, donde el presidente del Gobierno tuvó que sudar tinta para escabullirse de las acusaciones de corrupción, la maquinaria mediática y política del PP pasa a la contraofensiva con lo mejor que sabe hacer: la propaganda macroeconómica y las cifras convenientemente maquilladas. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año, por primera vez desde que estalló la crisis en 2008 el paro baja de los cuatro millones de personas y la tasa interanual se sitúa en el 17,2% (no alcanzaba ese nivel desde 2009). En el PP están más eufóricos que un poligonero en una fiesta 'rave' pero si nos detenemos un momento a analizar los números veremos que no es para tanto. A nadie se le escapa que el empleo que se crea en España es de ínfima calidad, que se ha perdido buena parte de los derechos laborales, que el 90 por ciento de los contratos firmados son temporales y precarios, que los salarios son tercermundistas y que algunos colectivos como el de los jóvenes, las mujeres y los parados de larga duración ya se han resignado a que jamás volverán a encontrar un empleo. Por si fuera poco, gracias al modelo económico que ha implantado el PP, España se ha convertido definitivamente en un país de servicios volcado en el turismo, un país de camareros, habría que decir. Guindos y Montoro pueden seguir vendiendo la burra del "milagro español" con su habitual descaro y su triunfalismo desbocado que solo tiene un único objetivo: ocultar las vergüenzas y miserias de su corrupción. Ellos brindan por la gran mentira de un país ficticio mientras la inmensa mayoría del pueblo malvive como puede. Que siga la fiesta.
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