Lo publica hoy el Diario.es, el periódico digital que está haciendo lo
que tendrían que haber hecho otros grandes medios llamados generalistas.
El titular es tan inquietante como descorazonador: "Los reyes de España
arroparon a López Madrid, el empresario salpicado por el escándalo de
las tarjetas black". Sin duda estamos ante un nuevo escándalo para la
Casa Real que surge a raíz de los chats que Felipe y Letizia cruzaron
con el querido amigo empresario. "Te escribí cuando salió
el artículo de lo de las tarjetas (...) y ya sabes lo que pienso
Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Nos conocemos, nos
queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso compi yogui (miss
you!!!)", le dice una jovial Letizia a su amigo de sesiones de yoga (por
eso lo llama compi yogui). López Madrid está acusado de gastarse más de
34.000 euros tirando de las tarjetas black que circulaban por ahí, por
los pasillos y despachos delictivos de Caja Madrid y Bankia. Si la
información es falsa la Casa Real debe desmentirla cuanto antes. Si es
cierta los reyes deberían dar algunas explicaciones sobre amistades tan
peligrosas y poco recomendables como López Madrid. Ya lo dijo Quevedo:
"Bueno para rey el que tiene de rey y de hombre". Pues Felipe VI se ha hecho hombre, ya no
es un niño irresponsable protegido por la mano firme del padre y
debería ser dueño de sus propios actos y amistades. De modo que no basta
con ser rey, también hay que parecerlo, y los monarcas, que viven su
peor momento desde la restauración borbónica, no lo parecen. En su día, Juan Carlos I ya se rodeó de una
fauna de vividores, aduladores, pelotas y aprovechados que le hicieron
flaco favor a la institución, pero es que parece que esta nefasta
costumbre de simbiosis con los parásitos de la Corte se hereda, como la
hemofilia o la ley Sálica. Aquellos negocios y saraos marbellíes,
aquellos yates y bribones, aquellos viajes de Estado que no eran de
Estado y aquellas hermandades con mariocondes y oscuros príncipes
saudíes no se atajaron en su momento y de aquellos polvos estos lodos, o
sea el Caso Noos. Lo que se está viendo en los juzgados de Palma, el
espectáculo de ver a una princesa de España arrastrándose como hetaira
por rastrojo produce vergüenza nacional e internacional. Por eso urge
una explicación clara y convincente a estos chats indecentes y a estas
intrigas versallescas que dejan al pueblo boquiabierto e indignado. Si
Sabino Fernández, el mejor rey que ha tenido España, levantara la
cabeza, la postraría de inmediato con tristeza y resignación. Tanto
trabajo y tanto esfuerzo en levantar una dinastía para terminar derribándola
en media hora de yoga cómplice con la mafia. Estos últimos borbones
están demostrando que son lo de siempre. A este paso terminarán en Roma.
Exiliados y sin patria.
Viñeta: Xipell
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