martes, 23 de mayo de 2017

UNA DE ESPÍAS


Ya ni los informes demoledores de la Guardia Civil sirven para llevar a la trena a los poderosos de este país enfangados en la corrupción. Según el juez, no se puede acusar a Rodrigo Rato de blanquear dinero con las empresas que él mismo privatizó durante los años de su mandato. La Justicia le acusaba de los delitos de blanqueo de capitales, malversación y cohecho tras haber supuestamente ingresado 71,9 millones de euros de sus sociedades. El magistrado considera que la investigación de la UCO solo aporta "sospechas sin sustento" y aunque la conducta del exministro sea "inmoral" todo está prescrito. Así que caso cerrado, todo archivado, a otra cosa mariposa.

El actor británico Roger Moore, que dio vida a James Bond en siete películas de la saga entre 1973 y 1985, ha fallecido en Suiza a causa de un cáncer. Moore es hasta la fecha el actor que más veces ha interpretado al personaje creado por Ian Fleming. Llegó para sustituir al gran Sean Connery, que impregnó de sex-appeal y masculinidad al espía más famoso de todos los tiempos. Moore, por su parte, aportó el estilo dandi, el porte elegante, ese gentlemen británico capaz de cargarse a un tío sin arrugarse el traje. Dicen las malas lenguas que tenía fobia a los disparos y que todas las escenas de acción las interpretaba su doble, algo que hubiera avergonzado a Bond. En el fondo, Moore era un tipo simpático y nada duro. De hecho, ha llegado al final de sus días trabajando para Unicef. Algo que James Bond tampoco haría.

Daesh ha reivindicado la matanza de Manchester que ha dejado 22 muertos y 59 heridos. Una vez más, el objetivo era un concierto de música, con lo que los yihadistas querían dejar claro que en su fanática visión de la religión no hay lugar para la expresión artística del ser humano. Esta vez, además, el público que asistía al concierto era en su mayoría adolescente e infantil, víctimas inocentes, lo que redobla la crueldad del atentado. Cada ataque es más sanguinario que el anterior. La pregunta es: ¿dónde está el listón de maldad de esta gente?

Pedro Sánchez asegura que se ha abierto una puerta al futuro del PSOE que ya no se cerrará jamás. También ha dejado caer que para refundar ese nuevo PSOE piensa unir el partido contando con todas las corrientes y sensibilidades internas. Muy bien, un gesto noble y loable. ¿Pero cómo se pueden unir dos cosas que se odian? ¿Cómo pueden confraternizar en un mismo proyecto común dos familias antagónicas ideológicamente que llevan meses matándose a navajazos dialécticos? Lo mejor que puede hacer el nuevo secretario general del PSOE es hacer limpieza, renovar Ferraz de una vez por todas, colocar caras nuevas en puestos de responsabilidad, superar la vieja guardia que ha mirado más por los intereses personales y de las puertas giratorias que por los intereses generales del país y refundar un PSOE que está pidiendo a gritos aire fresco y una vuelta a los principios originarios de la izquierda española.

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