(Publicado en Revista Gurb el 9 de junio de 2017)
Un soldado muerto en una fosa común. Un hombre le apunta con una
linterna en medio de la noche, en un campo yermo y perdido en tierra de
nadie. Trabajar de noche en Alepo es muy peligroso. La fotógrafa enfoca
el cadáver del miliciano con su cámara, sabe que solo tiene un segundo,
que debe aprovechar el destello fugaz de la linterna que sujeta su
ayudante, el tiempo justo para pulsar el disparador y conseguir la foto
soñada que dará la vuelta al mundo. Pero ha de ser en ese preciso
instante, no habrá otro, y si un helicóptero o un avión detecta el
fogonazo de la linterna, si descubren que están allí, ya pueden darse
por muertos. Maysun Abu-Khdeir (Zaragoza, 1980) hizo esa foto en Siria
que fue portada del
New York Times. "Yo sabía que la escena era
importante, que esa fotografía era interesante. ¿Por qué? Porque era la
foto de una Siria que no se conocía. La gente no estaba acostumbrada a
ver eso. Yo tuve la suerte de vivir esa situación en el sentido de que
fui testigo de algo que normalmente la gente no ve", asegura la
fotoperiodista. Hoy Maysun ha regresado a España tras ser testigo del
infierno sirio, de esa guerra donde ya no hay periodistas porque estar
allí sencillamente es un suicidio. "La revolución contra
Bashar al Asad
que empezó en 2011 era pacífica. Hoy los integristas han tomado el
poder y quieren imponer su agenda, el Califato o lo que sea".
Foto: Marcial Guillén
Entrevista completa en
Revista Gurb
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