EL HUNDIMIENTO DE TODO
Tenemos un presidente del Gobierno invisible y un líder de la oposición caduco y trasnochado, como diría aquel periodista deportivo bajito como una botella de butano. Tanto Rajoy como Rubalcaba vienen del pasado, son sombras platónicas del aznarismo y del felipismo, reminiscencias políticas de un tiempo, el del bipartidismo, que está sin duda agotado, finito, caput. Corren nuevos tiempos para Europa, el pueblo se moviliza en las calles para defender las conquistas sociales, las ideologías son reemplazadas por las plataformas ciudadanas y las instituciones están más agrietadas que la reputación de Urdangarín. Los partidos políticos se han convertido en el último refugio de maltrabajas y golfos tironeros, ya lo estamos viendo con el affaire Bárcenas y el saqueo de los ERE. Aquí todos cobraban en B (mayormente en sobres DIN A4, que cabe más parné) menos el currito proleta, al que cosían a impuestazos. Al sistema se le ha visto el triste embarnizado de corrupción después de tres décadas de democracia bancaria y ni el PP ni el PSOE, agotados en sí mismos, tienen fuelle ya para sacar el barco adelante. Rajoy se nos revela de cuando en cuando como una aparición mariana, fantasmal, ectoplasmática, y lo de plasmática lo digo por el televisor de plasma, que es donde al manda gallego le gusta dar sus ruedas de prensa sin prensa y sin preguntas. En los últimos meses, con tanto desgaste del poder y tanta manifa callejera, el presidente se ha volatilizado como Houdini, se ha disuelto, o mejor lo ha disuelto la cancillera Merkel, de la que ahora han salido unas fotos en topless de cuando era una joven y pálida raspilla y aún no le daba fuerte a la salchicha Frankfurt y a la buena birra. Ese desnudo en blanco y negro de frau Angela es un simbolismo perfecto de la Alemania que enseña las ubres teutonas pero que ya no da leche a los pobres países de la vía lenta (pigs en el lenguaje anglosajón). El Bundesbank ha recortado tanto el Estado de Bienestar que ya no nos queda ni Estado ni bienestar. Y mientras tanto, ¿dónde está el PSOE? ¿dónde está ese partido de los cien años de honradez obrera que debería dar batalla sin cuartel a la derecha? Enfrascado, una vez más, en el debate de la sucesión; sumido en el litigio de las primarias; extraviado en la discusión de las caras más que de las ideas. Ahora los socialistas están en que si Rubalcaba, que si Patxi, que si Madina, que si fulanito, que si menganito. Es el eterno concilio inacabado y dividido de la izquierda española desde que se fue el patriarca gitano. Los renovatas de diseño contra los carcas del socialismo. Discusiones bizantinas. Dialécticas absurdas. El PSOE se desangra en errores internos y ambiciones juveniles mientras el pueblo no llega a final, no ya de mes, sino de quincena. Los desahuciados hipotecarios arrojándose al vacío de la desesperanza mientras el socialismo se pierde en otro hipódromo de candidatos. Ahora preparan un paquete de propuestas para salir de la crisis social e institucional. Ahora. Reformas económicas y financieras, reforma del Senado, modelo federalista, ayudas sociales. ¿Y por qué no lo hicieron cuando gobernaban? El ciudadano, con razón, piensa que ya no cuela, que Rajoy huele al chapapote del Prestige y Rubalcaba a felipismo ochentero. El españolito siente hartazgo de tanto turno de partidos estéril y endogámico. La derecha nos arroja a los brazos del fascismo económico y la izquierda pierde su identidad. ¿Qué nos queda entonces? Ponernos la camiseta de Stop desahucios, echarnos a la calle airada y que sea lo que Dios y Rouco quieran.
(Posdata: El Rey dice que vuelve para dar guerra. Éramos pocos y parió la abuela).
Imagen: elaguijon.es
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