(Publicado en Revista Gurb el 20 de abril de 2018)
Varias generaciones aprendieron lo que era el baloncesto viéndolo jugar
en aquella televisión en blanco y negro con interferencias. Su
inteligencia y su visión de juego quirúrgica, su forma elegante de botar
el balón, su manera imperial de dirigir al equipo, casi como un
director de orquesta, hicieron de Juan Antonio Corbalán (
Madrid,
1954) un jugador de leyenda. Hoy el doctor Corbalán dirige una consulta
de medicina deportiva en un ultramoderno hospital, donde ayuda a
superar sus lesiones no solo a los profesionales de elite sino a los
aficionados de todos los deportes. Sin duda fue uno de aquellos pioneros
que llevaron el baloncesto español desde la intrascendencia de los años
setenta hasta la plata olímpica de Los Ángeles en el 84, aquel partido
mítico contra los americanos de Michael Jordan que nunca podremos
olvidar. "Soy muy desmitificador de las situaciones, cuando he jugado un
partido no le he pedido autógrafos a nadie, y tampoco suelo ver vídeos
de mis partidos. Me regalaron uno de cuando ganamos a los
norteamericanos en el Mundial de Colombia y ni siquiera sé dónde está",
asegura sin la menor nostalgia del pasado. Si hoy existen los Gasol,
Navarro, Reyes, Rudy y Ricky es gracias a la generación gloriosa de
Corbalán, a los Solozábal, Llorente, Margall, Epi, Iturriaga, Beirán,
Jiménez, Arcega, Fernando Martín, Fernando Romay y Juan Domingo De la
Cruz, nombres legendarios del deporte que un día liberaron a los
españoles del complejo de "bajitos de Europa" y les dieron por fin el
fuego de la victoria.
Entrevista completa en Revista Gurb
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