viernes, 5 de febrero de 2016

CHARLA CON ELPIDIO


Coincidí con el exjuez Elpidio Silva en un mitin en Gijón. Me prometió una entrevista más adelante y cumplió su palabra. Primera prueba de que es un hombre de ley. Elpidio sabe de buena tinta lo que es sufrir represalias por meterse con los poderes fácticos de este país. Desde que en el año 2013 ordenó el ingreso en prisión del presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa –el todopoderoso banquero acusado de un desfalco millonario en la compra del City National Bank de Florida– ha tenido que soportar ataques y vejaciones de todo tipo, hasta que finalmente ha sido apartado de la carrera judicial. "Las presiones contra los jueces son sistemáticas. Lo explico detenidamente en mis libros La Justicia desahuciada y La verdad sobre el caso Blesa, y de esos libros no he tenido la más mínima contestación por parte de nadie; nadie ha criticado nada porque en ellos digo la verdad", asegura. Desde su despacho de abogados de Madrid, profesión que hoy compagina con la política al frente del partido RED, Silva insiste en que el Consejo General del Poder Judicial ejerce un control férreo sobre todos los miembros del estamento judicial español, una estrecha vigilancia por razones políticas que provoca que los jueces y magistrados se sientan "presionados y tengan miedo" a la hora de ejercer su función con independencia e imparcialidad. "En el caso Blesa está todo por investigar, y eso habrá que hacerlo algún día. Lo que hicieron conmigo fue matar al mensajero", afirma Silva, quien arremete contra aquellos contertulios de televisión que intentaron desprestigiarle personal y profesionalmente. "Daban vergüenza, deberían de volver a repetir aquellas intervenciones para que la gente las viera porque actuaban como si supieran algo de derecho procesal, como si fueran especialistas y conocieran la causa, cuando en realidad se dedicaron literalmente a triturarme". Hoy charlamos con Elpidio Silva, el hombre que tuvo la osadía de meterse con el banquero de guardia "del régimen". El juez que perdió su trabajo, pero ganó una batalla moral.

Entrevista completa en Revista Gurb

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