(Publicado en Diario16 el 1 de diciembre de 2020)
Teodoro García Egea es el chico para todo del PP. Cuando hay que salir a apagar algún incendio de la corrupción −últimamente con la Kitchen la cosa está que arde en Génova 13− ahí está el bueno de Teodoro haciendo las veces de bombero improvisado. Cuando se tercia arrearle estopa o insultar al Gobierno socialcomunista por sus pactos con separatistas y filoetarras (esa frase tan manida) nunca falla el dispuesto muchacho Teodoro. Y cuando es necesario echar algún embuste, fake o bulo, todos tranquilos, que Teodoro no tiene escrúpulos y suelta lo que haga falta, que para eso está él, para comerse cualquier marrón del partido por infecto que sea. Podríamos decir que Teodoro es el tarantinesco Señor Lobo del PP que resolvía problemas, solo que sin la clase y el estilo de Harvey Keitel y con acento murciano. Está siendo Don Teodoro tan aplicado y eficaz en el papel de mamporrero oficial del partido, está poniendo tanta ilusión y tanto celo profesional en el ejercicio del manual trumpista aconsejado por Pablo Casado, que ha reducido a la categoría de blando, educado y marianista a Rafa Hernando, lo cual ya es decir.
Hoy tocaba actuación estelar. El secretario general de los populares acaba de anunciar que el partido ha presentado un recurso ante la Audiencia Nacional contra el supuesto órgano creado por el Gobierno central para luchar contra la desinformación y las noticias falsas en las redes sociales y en la prensa amarilla digital, una estructura administrativo-política que el propio Teodoro ha definido como un “Ministerio de la Verdad”, haciendo un nada original paralelismo con 1984, la célebre novela distópica de George Orwell. Últimamente en el PP todos hablan de ese libro, aunque en realidad pocos lo han tenido entre sus manos. No sabemos si Teodoro lo ha leído estos días de confinamientos y pandemias, entre recreo y recreo en el Parlamento, o allá por su juventud (a la política habría que llegar con los clásicos bien aprendidos). La cuestión es que el secretario popular ha querido darse el pisto literario y de paso tirar de humor panocho a cuenta de Pedro Sánchez, a quien ha definido como el presidente del Gobierno que “más mentiras por minuto ha dicho en la historia de la democracia”. Que semejante sentencia salga de la boca del portavoz del partido que acumula un elenco de casos de corrupción más largo que la lista de los reyes godos no deja de tener su gracia.
Llama la atención que el secretario de una organización política que ha engañado, estafado, esquilmado, butroneado, malversado, expoliado, afanado y mangado el dinero de los españoles durante tanto tiempo se ponga ahora en plan exquisito, exigiendo verdad y libertad de expresión al Gobierno, como si nada hubiese ocurrido en todos estos años. Hace falta valor, frescura y anchas espaldas para acusar al Gobierno de querer poner en marcha un Ministerio de la Verdad cuando precisamente el PP fue pionero en el Ministerio de la Mentira, ya que en aquellos gabinetes aznaristas y marianistas no había un solo ministro que no pasara por el juzgado para explicar alguna trapacería. Pero como dijo el maestro Cioran, la mentira es una forma de talento y Teodoro lo tiene por arrobas.
Basta echar un vistazo a los aledaños de la Audiencia Nacional −por donde estos días circula una curiosa fauna imputada en la Operación Kitchen especializada en el arte del espionaje, la mendacidad y la patraña− para concluir que el PP, lejos de ser un partido limpio, fue una organización con tintes mafiosos y criminales. En los últimos días se ha sabido que el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y el que fuera su secretario de Estado y número dos, Francisco Martínez, han mantenido versiones diferentes durante un trepidante careo ante el juez instructor del caso, Manuel García Castellón. El magistrado había citado a ambos para que se explicaran y esclarecieran las contradicciones en las que han incurrido al ser preguntados por el infame operativo Kitchen, una trama parapolicial financiada con fondos reservados del Ministerio del Interior que tuvo por objetivo robar documentación comprometedora para el partido al ex tesorero Luis Bárcenas. Sin ningún género de dudas, si Orwell levantara la cabeza y se topara con este serial de espías y cloacas del Estado haría todo un novelón sobre la verdad y la mentira, sobre lo que parece y no es, sobre un grupo de esbirros con licencia y patente de corso para casi todo que con el argumento del patriotismo pisotearon las leyes y derechos fundamentales de cualquier democracia.
No sabemos si esa novela negra sería del gusto literario de Teodoro García Egea, tan orwelliano como nos ha salido. De momento, ha anunciado que el PP acaba de presentar un recurso contra la orden del Gobierno que contempla la creación del dichoso “Ministerio de la Verdad”, al tiempo que ha promocionado una potente campaña en redes sociales para denunciar el proyecto de Sánchez para supuestamente amordazar la libertad de información en España. Tal como ha podido saber Diario16, en esa campaña podrá verse a destacados miembros del PP con la boca tapada y una cinta de “contenido censurado”, así como una simulación de noticias de distintos medios de comunicación. La cosa no deja de tener su morbo. Compren por tanto palomitas y asistan al montaje del partido más corrupto y embustero de la historia de la democracia dando clases de limpieza, higiene moral y decencia política.
Viñeta: Iñaki y Frenchy
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