(Publicado en Diario16 el 13 de agosto de 2020)
El juez Escalonilla ha accedido finalmente a entregar a Unidas Podemos la copia íntegra de la declaración de José Manuel Calvente, el abogado despedido de la formación morada que ha puesto en manos de la Justicia las cuentas de su expartido. Con su decisión, el magistrado enmienda un error injustificable que fue denunciado días atrás por Diario16 y que podría haber dado al traste con todo el procedimiento por grave defecto de forma. No tenía ningún sentido que el instructor pusiera a disposición de Unidas Podemos solo 41 minutos del interrogatorio judicial de Calvente cuando el acto se prolongó durante casi tres horas. Y mucho más sorprendente y extraño resultaba todo si se tiene en cuenta que el audio incompleto que el juzgado remitió a los abogados de Pablo Iglesias al parecer era tan inaudible como la psicofonía de un programa de Íker Jiménez. Mal empezaba la investigación que puede acabar tambaleando el Gobierno de España con semejante presunta chapuza judicial.
Las acusaciones de Calvente contra Unidas Podemos son suficientemente complejas y graves como para que su declaración al menos se entregue a las partes con un mínimo de claridad y garantías. No era de recibo que los abogados defensores podemitas tuvieran que andar pegando la oreja al ordenador, adivinando o intuyendo si el denunciante decía esto o aquello y dándole al play y al pause cada minuto. La Justicia española merece unos medios algo más dignos.
Hoy mismo el Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid ha decidido solucionar el entuerto. De entrada, ha ordenado que se facilite a Unidas Podemos un cedé con la declaración íntegra de Calvente. “De esa forma asume que inicialmente no se le había proporcionado [al partido de Iglesias] la grabación completa”, según informan las agencias de noticias. Ahora que el material probatorio ya se ha facilitado a las partes empieza de verdad la enésima batalla judicial emprendida por las derechas españolas para intentar desacreditar a los peligrosos bolivarianos y meterlos a todos entre rejas. Es tal el fervor anticomunista de los letrados de Vox, están tan perfeccionadas sus tácticas y técnicas de montajismo, caza de brujas y politización judicial, que Edgar Hoover al lado de esta gente era un simple aficionado. Ya se sabe que el que fuera primer director del FBI perseguía y acosaba a disidentes y activistas políticos con una precisión espantosa, totalitaria, terrorífica. Comunista que encontraba a su paso, comunista que podía darse por muerto civil. Pues al igual que el siniestro comisario yanqui acumulaba dosieres secretos, investigaciones policiales y material reservado y comprometedor contra sus víctimas a defenestrar, Vox ha recuperado esa especie de macartismo judicial a la española para limpiar el país de rojos.
Los abogados ultraderechistas ya tienen en su poder las tres horas de declaración íntegra de Calvente, así como el resto del sumario, que están examinando con lupa para prepararse bien la moción de censura que Santi Abascal pretende lanzar en su “otoño caliente”. La extrema derecha se examina en septiembre sobre la asignatura “Financiación de Podemos”, que no es ninguna maría, de ahí que a los letrados ultras les hayan pasado ya todos los apuntes y estén puntualmente informados de cada paso que va dando el juez instructor. De esa manera, lo que dicta a primera hora el magistrado de primera instancia sale a media mañana en los papeles de Inda, de tal forma que Pablo Casado pueda poner algún tuit ingenioso a mediodía. Y en ese plan. Así se va completando la operación de acoso y derribo, así se va escribiendo la historia de la limpieza ideológica que la nueva CEDA ha puesto en marcha para impedir como sea la llegada de la Tercera República.
Vox es el ojito derecho (y también el izquierdo) de cierto sector reaccionario de la Justicia española que nunca hizo la Transición. Trabajando en equipo jueces y falangistas, codo con codo y en turnos de guardia de veinticuatro horas al día, se garantiza que todo en España siga atado y bien atado. En este país siempre han gobernado los mismos y si los socialistas y republicanos pretenden alguna maniobra traicionera contra la monarquía se les monta un pleito de corrupción que les haga perder veinte puntos en las encuestas (por deserción de las masas obreras arruinadas e indignadas con la izquierda vegana y ciclista de nuevo cuño) y problema resuelto. En menos de un año, PP y Vox han llevado a cabo media docena de operaciones de desprestigio contra UP, todas ellas fallidas. Asesoramientos en Venezuela, dinero de Irán, chalé de Galapagar, líos de faldas, manifestaciones feministas supuestamente supercontagiosas como el 8M, escuchas de Villarejo, cloacas más o menos enfangadas… De momento ningún alto cargo de Unidas Podemos ha sido procesado por nada mientras las cárceles se han tenido que ampliar a tope para acoger a las nutridas tribus de púnicos, gurtelianos y otros clanes corruptos del Partido Popular. A Pablo Iglesias le han investigado hasta el último pelo de la coleta y ahí sigue el hombre, aguantando estoicamente el chaparrón y que lo llamen corrupto en infames escraches a la puerta de su casa. Sea como fuere, la operación Demonio Rojo va a seguir adelante hasta que las derechas encuentren algo, un indicio, lo que sea, cualquier cosa aunque haya que inventarla. Cree el ladrón que todos son de su condición.
Viñeta: Iñaki y Frenchy
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