(Publicado en Diario16 el 19 de agosto de 2019)
El diputado de Ciudadanos Marcos de Quinto ha vuelto a encender las redes sociales, esta vez a cuenta de los migrantes del Open Arms que están pasando por el peor trance de sus vidas. Para el ex directivo de Coca-Cola, los más de 100 inmigrantes que viajan a bordo del buque tras ser rescatados hace 17 días son pasajeros “bien comidos”.
“La piadosa teocracia izquierdista envía a la hoguera a quien se le atisbe un mínimo comentario crítico sobre el Open Arms y algunos de sus bien comidos pasajeros (que costearon su pasaje con las mafias). Pero pobre del que se atreva a mencionar la hambruna del éxodo venezolano”, aseguró en su perfil de Twitter.
Por su parte, el secretario de Acción de Gobierno de la formación morada, Pablo Echenique, considera que es un “despliegue de un clasismo despreciativo, una insensibilidad brutal hacia los que sufren o un comportamiento prepotente y maleducado. Pero lo verdaderamente grave es que eso es el espejo personal de un modelo de sociedad y de un programa político”.
Sin duda, las nauseabundas declaraciones de De Quinto demuestran al menos dos cosas: la primera que nos encontramos ante un elitista sin escrúpulos capaz de reírse de las miserias y penurias de los demás, algo que por sí solo debería servir para desacreditarlo como político y como ser humano; y en segundo término que De Quinto ha decidido subirse al carro del charlatanismo provocador de Twitter siguiendo la línea del populismo demagógico inaugurado por Donald Trump y otros desalmados halcones de la Casa Blanca. Bueno es saberlo. Los líderes de Ciudadanos llegaron a la política con el disfraz de piel de cordero liberal, pero poco a poco se les va viendo la patita ultraxenófoba. ¿Qué será lo siguiente, señor De Quinto? ¿Justificar al Ku Klux Klan, como hacen los seguidores del trumpismo revisionista norteamericano? ¿Soltar chistes malos sobre los judíos asesinados en el holocausto nazi? Una vez que se empieza a dar rienda suelta a la indecencia moral ya no se puede parar. No todo vale en el mundo de la política pero hoy, por lo visto, son legión los que por un par de miles de likes en Twitter son capaces de decir la primera burrada que se les viene a la cabeza. Quizá el fichajazo de Cs no se esté dando cuenta de que estas declaraciones lo degradan como persona y como político, aunque él seguramente deberá pensar que eso es algo asumible mientras sus chascarrillos baratos sobre gente que ha estado al borde de la muerte funcionen como trending topic nacional. A su lado, cualquiera de los migrantes del Open Arms que se han jugado la vida por conseguir un futuro mejor para su familia demuestra más nobleza, más integridad y más decencia que este envarado hombre de los negocios metido a político solo para seguir teniendo su cuota diaria de popularidad en la redes sociales. Y es que como vio Voltaire, quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero.
Puede que Marcos de Quinto sea uno de los hombres más ricos del Parlamento español: de hecho ganó 5,36 millones de euros como asesor de Coca-Cola en 2017. Pues que lo disfrute con salud, si es que sabe y puede. Pero lo que está claro es que por dentro es un indigente de espíritu, un menesteroso de principios morales, un escaso de valores humanos. Ya lo dijo Ovidio: la abundancia me hizo pobre.
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