(Publicado en Diario16 el 28 de agosto de 2019)
El Gobierno de Díaz Ayuso empieza a poner en juego las ocurrencias de su presidenta eternamente dreamer y adolescente. Ayer se supo que el presentador de televisión Pedro García Aguado, conocido por el programa Hermano mayor, se ha sumado al proyecto de trifachito castizo como director general de Juventud de la Comunidad de Madrid, un organismo dependiente de la Consejería de Educación.
Por descontado, lo primero que ha hecho el también medallista olímpico es salir al balcón de Twitter para agradecerle a Ayuso la confianza depositada en él, al tiempo que ha prometido que pondrá “todo lo aprendido estos años al servicio de la juventud madrileña”. Seguramente el temperamental coach se refiere a todo lo que aprendió en sus años de reality, cuando arreglaba la azotea a los jóvenes descarriados, violentos e hiperactivos.
Estamos por tanto ante un actor que aprendió las técnicas y claves de la manipulación televisiva en un programa de máxima audiencia, un intérprete especializado en el prime time que sabe hacer teatro del bueno, transformando la realidad en ficción y viceversa, que a fin de cuentas es de lo que se trata en política. Aguado (este Aguado, no el jefe de Ciudadanos-Madrid que no quiere “pajines” ni “aídos” a su lado porque no confía en la capacidad de las mujeres de su partido) da el perfil requerido por Ayuso, otra gran actriz de la escuela del método que cultiva el glamour vamp años cincuenta, o sea mucho cabello ondulado con reflejos, vaporosos vestidos de seda y el NO-DO franquista antes de la película. Con tanto actor, el Gobierno de la Comunidad de Madrid va a parecer la Escuela de Stanislavski. Ya solo faltan Felisuco y Toni Cantó.
En otro orden de cosas también resultará interesante comprobar cómo se maneja en su nuevo cargo de viceconsejera de Vivienda Concepción Dancausa, el otro “gran fichaje” de Díaz Ayuso. Concejal de Hacienda en el Ayuntamiento de la capital, Dancausa fue una de las implicadas, junto a la exalcaldesa Ana Botella, en el caso de la venta de más de 1.800 pisos de protección social a fondos buitre multinacionales. La nueva “vice” de Vivienda fue una de las condenadas por el Tribunal de Cuentas, aunque finalmente la sentencia fue revocada en segunda instancia. Por cierto, la propia Díaz Ayuso ha tenido que superar antes de su investidura una serie de escandalazos sobre alzamientos de bienes, turbias historias púnicas, cosas. Un mal rollo. Pero seguro que Pedro G. Aguado, con sus consejillos y técnicas de hermano mayor para adolescentes con problemas, sabe llevarlas a las dos por el buen camino.
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