(Publicado en Diario16 el 6 de agosto de 2019)
La derecha ha acogido con satisfacción el mensaje de Felipe VI en Mallorca, donde ha instado a los partidos políticos españoles a buscar una “solución” para romper el bloqueo y favorecer la investidura en lugar de repetir las elecciones. Es como si el monarca hubiese hablado para los Casado y Rivera una vez que PSOE y Unidas Podemos han fracasado en su intento de formar un Gobierno de coalición. Teodoro García Egea, secretario general del PP, se ha venido tan arriba que incluso se ha atrevido a proponer al rey que encargue a Pablo Casado la formación de un Ejecutivo con el apoyo de Ciudadanos y Vox y la abstención de los partidos de la izquierda. El ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, ha sido tajante al criticar la última ocurrencia de los populares y al asegurar que “si la cosa no fuera tan grave como el Gobierno de España parecería un chiste, el chiste del día”.
¿Y cómo han sentado las palabras del rey en las filas de la izquierda, principalmente en los dos actores que buscan un acuerdo programático? Pedro Sánchez no se pronunció en la tarde de ayer en Valencia, ciudad a la que viajó para recabar el apoyo de Compromís a su segundo intento de investidura que tendrá lugar en septiembre. Por su parte, la formación morada también se ha mostrado ambigua, lo cual sorprende aún más, ya que Pablo Iglesias suele ser habitualmente crítico y corrosivo con las decisiones de la Casa Real. Solo la portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid, Isabel Serra, se ha referido tangencialmente al espinoso asunto, eso sí, eludiendo hablar del rey, cargando en Sánchez toda la responsabilidad de que “no se quiera poner de acuerdo con nosotros” y denunciando que, a su juicio, el presidente del Gobierno en funciones está pidiendo “el apoyo a la derecha de Ciudadanos”.
Serra, al ser preguntada sobre el toque de atención de Felipe VI para que los partidos puedan encontrar una “solución” al desbloqueo antes de ir a unas nuevas elecciones, se ha limitado a decir que “Sánchez no quiere un Gobierno con Podemos y nosotros entendemos que para llegar a un acuerdo hay que ceder; cuando pidieron que se retirase Pablo Iglesias de ese Gobierno así lo asumimos pero para poder poner en marcha políticas en este país hay que dar competencias a ambos para poder llevar a cabo esas políticas”, ha asegurado Serra.
En general, las palabras del monarca han servido para dar aire a la derecha, mientras los partidos de izquierda parecen haber quedado un tanto fuera de juego. El silencio de Sánchez y la tibieza calculada de Unidas Podemos pueden ser un síntoma de que ambos partidos se han impuesto una tregua, un respiro, y que la consigna en este momento es no hacer ruido innecesario, no entrar en polémicas gratuitas que puedan perjudicar una futura negociación o dañar las ya deterioradas relaciones entre ambas formaciones.
Al PSOE, disparado en las encuestas, no le interesa un conflicto institucional con la Casa Real que pueda ser aprovechado por el trío de Colón, mientras a la formación morada tampoco le conviene ahora centrar su mensaje en un discurso fuertemente antimonárquico que podría desviarla de lo realmente importante: tratar de cerrar un acuerdo con el PSOE para articular un Gobierno de coalición que permita llevar a cabo un ambicioso plan de políticas sociales. Pese a todo, nunca antes unas palabras de Felipe VI dichas durante un inocente posado veraniego en Mallorca habían tenido tanta repercusión para la derecha y tan escasa importancia para los partidos de izquierdas. Y ahí está el misterio de este episodio fraguado en Zarzuela (no sabemos si premeditadamente o fruto del azar) que ha servido para dar algo de vidilla a los tediosos y vacíos informativos del verano pero que en un par de días, con medio país de vacaciones, se habrá difuminado con los rigurosos calores de agosto.
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