lunes, 11 de febrero de 2013

LOS SOBRADOS


Estos boys del PP están poniendo el listón del discurso político al nivel del betún. ¡Qué tiempos aquellos en los que el debate público se situaba en el IPC, la inflación o la balanza de pagos con la Unión Europea! Ahora te levantas por la mañana, pones la radio y sólo se habla de lo mismo, del dinero negro, de los fulanos que se lo estaban llevando a calzón quitado, de las cuentas transalpinas, paradisíacas, suizas. Ellos, los chicos del sobre fácil, los ministros del trincamiento furtivo, los sobrados, nos están obligando a hablar de cosas que debían estar superadas desde la EGB (ESO para las nuevas generaciones) cosas como que el dinero del ciudadano es sagrado. No se roba, niño malo.
A estos bucaneros de la Gurtel habría que darles un cursillo acelerado de reciclaje político o mejor una terapia de deshabituación a las comisiones, porque muchos son ludópatas de la caja B. Así, el profesor de Educación para la Ciudadanía o psicoanalista, me da igual, podría sentarlos a todos en los pupitres del hemiciclo para enseñarles la primera lección del curso político: A ver, Barcenitas, ¿las cuentas en negro son legales o no?; tú, Anita Mato, ¿se debe aceptar un potosí en cumpleaños, confetis y payasos pagados por la mafia gurteliana?; señor Mariano, ¿es lícito negarlo todo, taparlo todo, o reconocer la verdad de los hechos y dimitir como un hombre valiente que se viste por los pies? 
Pero no, no parece que estén dispuestos a nada de esto, y sin embargo entre ellos se han dado la consigna de peregrinar de plató en plató, de televisión en televisión, para negar la evidencia de tanto pagaré abundante, de tanto cheque evanescente. Uno, cada vez que ve a uno de esos tramoyistas de la mentira soltando el rollo y la consigna de partido en los desayunos de TVE, o en el programa de AR con Maxim, siente ganas de vomitar. Espe, la Lideresa, se ha inventado ahora el cuento de la regeneración, como si a un ladrón se le pudiera regenerar en medio del frenesí del atraco al banco. No se dan cuenta de que al ciudadano ya no le valen retóricas vacías ni excusas baratas. El españolito peatonal ya solo quiere saber una cosa: dónde están los dineros, dónde está el parné que le han furtado y que tanta falta nos hace para mantener las urgencias de los hospitales, para cubrir el alquiler de los desahuciados, para dar escuela y pan a nuestros hijos. El españolito está indignado (la forma políticamente correcta de decir hasta los collons) y ya sólo le vale que le devuelvan el dinero porque no está satisfecho, como aquel anuncio del detergente Colón. El españolito le grita a Mato aquella canción bochornosa de Civera, cómo era, que la detengan, que es una mentirosa, y ella no hace más que poner cara de mártir, como una ursulina a la que han pillado fumando en el retrete del colegio mayor.  
Es triste comprobar que en Génova ya no queda un solo político cabal y honrado. ¿Es que han perdido la cordura y la decencia, es que están sordos, ciegos, mudos? ¿Hasta cuándo van a mantener la farsa? ¿Hasta cuándo van a guardar la omertá? Estos sobrados del PP se han puesto una venda en los ojos y avanzan ya por la tabla del barco pirata, camino de los tiburones. Se han puesto todos de acuerdo para ir al suicido político-colectivo, como una secta de milenaristas flipadillos. Qué bochorno.          

No hay comentarios:

Publicar un comentario