(Publicado en Diario16 el 15 de abril de 2020)
Vox sigue propagando bulos y desinformando a la sociedad española en medio de la terrible pandemia de coronavirus. Si alguna vez llega al poder este partido (Dios no lo quiera) lo hará con un solo programa electoral bajo el brazo: el de la mentira y el escándalo permanente. Vox es una prodigiosa máquina de difundir basura ideológica y lo hace en todos los frentes, desde las redes sociales a los medios de comunicación. Hoy tocaba propalar los infundios desde la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados y para ello tenía a un avezado científico del embuste: el portavoz de Sanidad de la formación verde, Juan Luis Steegmann, a quien Santiago Abascal ha encargado que cubra esa trinchera en su ofensiva contra la democracia española. Hoy el “doctor”, como si así lo conocen las huestes ultras, ha presentado una de sus habituales preguntas trampa: “¿Va a informar alguna vez el Gobierno del número real de muertos por el covid-19?”.
Con esa interpelación tan peligrosa y tóxica como una probeta llena de virus, Steegmann ha logrado aumentar el grado de confusión en la aterrorizada sociedad española, que si necesita de algo en estos momentos, además de una vacuna, es de certezas y de políticos honestos que digan la verdad. Pero Steegmann sigue al pie de la letra el maquiavélico manual de Harry Truman, el tristemente célebre presidente de Estados Unidos que dio aliento a Franco tras la Segunda Guerra Mundial y que dijo aquello de “si no puedes convencerlos, confúndelos”.
La acusación de que el Gobierno puede estar ocultando cifras de fallecidos supone no solo una ofensa para cualquier funcionario de bien que como Salvador Illa, ministro de Sanidad, se deja la piel en la lucha contra el agente patógeno estos días convulsos, sino una grave imputación de delito por la que Vox debería responder en los tribunales. Pese a todo, Illa ha estado digno, mesurado y elegante, como corresponde a un demócrata a diferencia de un agitador de la extrema derecha radical. “El Gobierno informa cada día con los informes que a diario damos a conocer”, le ha respondido el ministro al “hematólogo” de la extrema derecha.
En un segundo nivel se hallarían los “españoles, fundamentalmente ancianos”, que habrían fallecido en las residencias con covid-19 y que estarían “mal diagnosticados”. En una tercera capa, en opinión de Steegmann, se encontrarían los “cadáveres sin autopsia” y en una cuarta categoría las “víctimas colaterales de pacientes que no han acudido al hospital o al médico por miedo a contagiarse”. En su revoltijo de insinuaciones, el “doctor” del gabinete de propaganda pseudosanitaria de Abascal no ha aportado ni un solo dato, todo son infundios sin pruebas, acusaciones que se lanzan a diestro y siniestro, gérmenes venenosos que quedan en el aire, en el inconsciente colectivo, y que van corroyendo la democracia por dentro.
Toda la argumentación especulativa y conspiranoica de Steegmann explicaría el “exceso de mortalidad” que ha sido detectado en nuestro país “no solo por el MoMo [el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria], sino por los tribunales de Justicia”. Y añade: “Lo van a investigar, pero ustedes precisamente no están colaborando. El ministro de Justicia no ha solicitado el dato “causa de la muerte” en sus circulares. En las inscripciones de defunción no se pone “causa de la muerte” y los funcionarios van a tener que ir a los legajos, buscando los certificados de defunción. Esto es una chapuza. No pedimos que sean competentes pero al menos no nos mientan. Es un insulto a los muertos y un desprecio a los que les lloran”.
Solo un crédulo, un sectario, un ignorante, un ciego que no quiere ver o todo ello a la vez puede tragarse semejante fabulación política. España, como país occidental y avanzado que es, comunica los datos conforme a los protocolos internacionales y cumple con los requisitos establecidos por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), una red que se compone de los estados miembros de la Unión Europea. Entre las tareas básicas de este organismo se incluyen la conformación de redes de laboratorios y un sistema de alerta y respuesta temprana ante epidemias. También el control y el análisis de datos de las enfermedades. Sería complicado colar en ese organismo una trola del tamaño que insinúa el experto de Vox y él, como médico, debería saberlo.
“Estamos haciendo un esfuerzo de transparencia, y debemos ser especialmente serios. Los datos se comunican en tiempo y en forma. En veinticuatro horas. Comunicamos los datos de fallecidos que han sido diagnosticados previamente por covid-19. Tenemos una tasa de 10,46 por ciento en España. Italia y Reino Unido superan el 12 por ciento. En Francia es superior al 15 por ciento”. Esas son las cifras reales, empíricas, oficiales. Lo demás es pura demagogia y conspiranoia barata del “doctor” de la extrema derecha, que como sea tan fiable con sus diagnósticos facultativos como con sus juicios políticos mal cartel para su consulta. Tal como le ha dicho a los de Vox el ministro, si no quieren colaborar ni sumarse al esfuerzo colectivo para superar el virus al menos que no desinformen.
Viñeta: Iñaki y Frenchy
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