(Publicado en Diario16 el 4 de marzo de 2020)
A medida que el fiscal suizo Yves Bertossa avanza en la investigación de la supuesta trama de testaferros que salpica a Juan Carlos I, los problemas se acumulan para el rey emérito. No pasa un solo día sin que nos levantemos con alguna noticia sobre el patrimonio del monarca, bien un artículo de la revista Forbes sobre la fortuna de Don Juan Carlos, una exclusiva de la prensa inglesa sobre las comisiones por la venta del Banco Zaragozano al Barclays Bank o algún reportaje sobre las mordidas del AVE a la Meca que investiga la Fiscalía Anticorrupción española. Hasta Jaime Peñafiel, durante años hagiógrafo de cabecera del primero de los Borbones, ha entrado ya en el tema y en su última columna, titulada El primer testaferro del rey Juan Carlos, escribe: “La Audiencia pide a Suiza datos de los supuestos testaferros del rey. Este periodista está en condiciones de facilitar al titular del Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, el nombre del primer testaferro que tuvo don Juan Carlos. Aunque se sorprenda, y ustedes también, fue el general Franco. Sucedió en 1973…”
La última andanada ha llegado hace apenas unas horas y la dispara el abogado de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la “amiga entrañable” del monarca. El letrado ha asegurado este mismo miércoles que la empresaria recibió una donación del monarca en el año 2012 como “regalo” para ella y su hijo por el “cariño” que les tenía, pero la ha desvinculado de las supuestas comisiones por la adjudicación a una UTE española para la construcción del AVE a la Meca, en Arabia Saudí, según informa Europa Press.
Así lo atestigua el abogado Robin Rathmell en un comunicado en relación con la investigación abierta por la Fiscalía suiza sobre las supuestas comisiones. Según ha informado el diario El País, en el marco de estas pesquisas se indaga sobre una donación millonaria que recibió Corinna desde una cuenta suiza vinculada a una fundación panameña, documentación que se encontró en los registros ordenados por el fiscal suizo en los despachos del gestor de fondos Arturo Fasana y del abogado Dante Canonica, ambos vinculados a la supuesta trama societaria.
El representante legal de la empresaria ha confirmado que su cliente recibió esa donación como “un regalo no solicitado del rey emérito” y que éste “lo describió como una forma de donación para ella y su hijo, con los cuales él se había encariñado”, siempre según la agencia de noticias. Según explica Rathmell en la nota de prensa, Don Juan Carlos había pasado varios años “de mala salud” durante los cuales Corinna le había cuidado. “La donación se documentó claramente como un regalo, y las empresas de servicios profesionales y los bancos realizaron el cumplimiento y la diligencia debida necesarios sobre los fondos. Nuestra cliente no tiene lugar en estos procedimientos y aguardamos su pronta conclusión”, añade.
El letrado también insiste en que la empresaria “no participó” en los acuerdos que llevaron a la concesión de las obras del AVE a la Meca, los cuales “no tienen conexión” con los fondos de la donación. “Una mirada rudimentaria a la cronología del origen de los fondos muestra esto claramente”, apunta.
Al margen de la investigación de la Fiscalía suiza, en España siguen abiertas diligencias fiscales secretas acerca de las presuntas comisiones por la adjudicación de la obra. Fuentes de la Fiscalía Anticorrupción se han limitado a señalar que las autoridades suizas han informado al fiscal encargado del caso, Luis Pastor, de estas pesquisas sobre la donación a Corinna, pero no han facilitado más detalles.
El caso se remonta a julio de 2018, cuando se difundieron una serie de audios grabados por el comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo en una conversación con el empresario Juan Villalonga y la propia Sayn-Wittgenstein. Ella afirmaba que el rey emérito había cobrado comisiones por la negociación de aquella adjudicación y señalaba a la mujer de un difunto traficante de armas como la encargada de repartirlas.
La revelación motivó la apertura de una pieza separada de investigación en el conocido como “caso Villarejo” que instruye la Audiencia Nacional, aunque poco después se archivaron las actuaciones respecto de Don Juan Carlos porque, por un lado, las afirmaciones sobre él se consideraban “extremadamente débiles” y, por otro, porque cuando tuvieron lugar los hechos aún era rey y, por tanto, “inviolable”.
El juez instructor del “caso Villarejo”, Manuel García Castellón, dio traslado no obstante a Anticorrupción para investigar la adjudicación del AVE a la luz de aquellos audios, pues en la conversación se identificaba tanto el contrato, como las personas, los importes y las posibles mordidas en una información que se complementaba con “otros documentos hallados” durante la instrucción judicial.
Así es como se abrieron las diligencias secretas en el Ministerio Público por la sospecha de presuntos delitos de cohecho y de corrupción en las transacciones comerciales internacionales por parte de las empresas españolas adjudicatarias. En el marco de esta investigación, fiscales españoles tomaron declaración a Corinna en calidad de testigo en septiembre de 2019. Tal como explicó entonces su letrado, la empresaria puso en su conocimiento de forma voluntaria “los hechos limitados de los que tiene algún conocimiento”, ya que aseguró que apenas participó en el acuerdo para la construcción del AVE a la Meca y que los únicos datos que tiene los obtuvo de terceras personas. La investigación prosigue tanto en Suiza como en España. Una mala noticia para la Casa Real, que aún no se ha recuperado del terremoto que supuso el caso Urdangarin.
Viñeta: Iñaki y Frenchy
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